lunes, 3 de junio de 2013

WILLIAM WALLACE. EL OCASO DE LOS HÉROES.



          La vida de este héroe escocés se popularizó gracias a la película titulada Braveheart, estrenada en el año 1.995. La historia real de Wallace difiere un poco respecto a lo que se dice de él en dicho film. William Wallace nació hacia el año 1.272 en una localidad de Escocia, siendo el tercer hijo de un tal Malcom Wallace, que era un terrateniente. Por lo tanto, no era un plebeyo humilde como se afirma en la película de Mel Gibson. De hecho, recibió un educación esmerada del clero, y aprendió cuatro idiomas: el francés, latín, gaélico e inglés.



  
 

 
 
              Aunque hay mucho de leyenda en torno a su figura, si parece cierto que William Heselrig, el sheriff de Clydesdale, asesinó a su esposa o compañera, Marion Braidfute, y que ese hecho pudo ser el detonante de su rebeldía ante los invasores ingleses que ocupaban Escocia en ese momento. Posteriormente, en el año 1.297, durante la batalla de Stirling Bridge, nos encontramos a William Wallace dirigiendo al ejército escocés (cosa imposible en la Edad Media si no fuera un noble), junto a otro noble, Sir Andrew Murray, que murió tras la batalla por las heridas recibidas en la misma. Fue una gran victoria para los ecoceses, tras la que Wallace fue nombrado Guardián de Escocia, o jefe de Etado de facto.
 
 
 
 
  
 
        


           Pero las mieles de la victoria duraron poco, al año siguiente el ejército escocés fue masacrado por otro ejército inglés, esta vez al mando del rey Eduardo I, y William Wallace tuvo que huir para salvar su vida. Continuó la lucha, hasta que fue capturado en 1.305, siendo juzgado y condenado por alta traición al rey de Inglaterra. La ejecución fue salvaje y bárbara, aún para la época en que le tocó vivir. William Wallace fue desnudado y arrastrado por las calles de Londres atado por los talones a un caballo.
 
 
 


 
           Lo ahorcaron, y antes de morir estrangulado lo soltaron. Después le cortaron los testículos. Le abrieron la barriga y le sacaron los intestinos, quemándolos delante de él, cuando aún estaba vivo.
 
 
 
 
  
 
 
          Por último, le cortaron la cabeza y la embadurnaron en alquitrán para preservarla, siendo colgada en una pica en el Puente de Londres a la vista de todo el que pasara por allí.
 
 
 
 
 
 
 
          Su brazo derecho lo enviaron a Newcasttle, su brazo izquierdo a Berwick, su pie derecho a Perth y su pie izquierdo a Aberdeen.
 
 
 
 
 
 
 
 
            En la película de Braveheart, no se esmeran demasiado en representar la ejecución del héroe escocés tal como fue, seguramente para que el resultado final de la película resulte ser menos duro de lo que pasó realmente. La crueldad de los hombres a sus semejantes no deja nunca de sorprender, al menos para mí.
 

 
 

 

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