Tras vencer en distintas ocasiones a las legiones romanas, Espartaco y sus seguidores pudieron huir a través de los Alpes, pero no lo hicieron y volvieron al Sur, dando tiempo a que un buen número de legiones, que estaban combatiendo en Asia y en Hispania, regresaran a la península itálica y, estando al mando de Licinio Craso, finalmente pudieran los romanos vencer a Espartaco, que murió luchando, aunque su cádaver nunca fuera encontrado.
Unos 6.000 seguidores de Espartaco que cayeron prisioneros, fueron crucificados a lo largo de la vía Apia. Además, Pompeyo acabó con la vida de unos cuantos miles más que intentaban huir hacia los Alpes. Se piensa que pudieron morir unos 100.000 esclavos en la revuelta que duró dos años...¿Sirvió de algo tanta sangre derramada?...
La revuelta de Espartaco no fue la primera ni la última de estas características que se dio en Italia, pero, los esclavistas comprendieron de una vez por todas la necesidad de mejorar las condiciones de vida de sus esclavos si querían que el sistema de explotación esclavista continuase. Ya desde fines de la República comenzaron a aprobarse leyes destinadas a impedir los abusos de los dueños sobre sus esclavos: así, por ejemplo, se limitaron las arbitrariedades de algunos dueños sobre sus esclavos y se reconoció una mayor capacidad al esclavo para disponer libremente de su peculio. El sistema esclavista no entró en crisis, pero comenzó a recibir retoques humanitarios para que fuera más eficaz.
Fuente principal: Historia Universal. Edad Antigua: Roma, de Julio Mangas.
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