El teniente coronel Antonio Tejero en el Congreso de los Diputados en una imagen icónica del siglo XX español.
Afortunadamente el intento de golpe fracasó, y la monarquía constitucional española, con el rey Juan Carlos I al frente, sobrevivió de manera exitosa a la prueba de fuego que se hizo patente cuando unos pocos guardias civiles, cuerpo policial de innegable lealtad al Estado español, entraron con sus fusiles en mano haciendo que casi todos los diputados en ese momento presente buscaran seguridad debajo de sus asientos habituales.
Si este suceso es bien conocido por la mayoría de los españoles, no lo es tanto el asalto al mismo palacio del congreso español, y teniendo de protagonistas también a un grupo de guardias civiles, casi cien años antes. Fue durante el llamado Golpe de Pavía.
La historia de España en el siglo XIX, esta plagada de pronunciamientos y alzamientos militares, provocados por generales destacados, que hacían y deshacían regímenes políticos, creando una inestabilidad manifiesta que perjudicaba de manera notable la sufrida vida de los habitantes peninsulares de la época. Pareciera que eran los militares de alta graduación los que manejaran los hilos del poder. De esta manera, España tuvo regímenes políticos de lo más variado, y parecía que ninguno funcionaba del todo bien: monarquía absoluta, república, dictadura, monarquía con un rey extranjero, con rey borbónico...
En fin, el diecinueve fue de lo más ajetreado..., y el 3 de enero de 1874 se produjo el anteriormente mencionado Golpe de Pavía, y que acabaría liquidando a la desastrosa I República española, que solo había durado un año. Por entonces el país se desangraba con guerras como la de Cuba o la carlista. Además, el advenimiento de la república trajo consigo la emancipación de distintos territorios peninsulares, produciendo un conflicto militar que intentó con éxito el que las fronteras interiores no se vieran alteradas.
Cuando los diputados se encontraban votando en la cámara española para cesar del gobierno a Castelar, la noticia llegó a los oídos del Capitán General de Madrid, Pavía, que pretendía apoyar a dicho político, y se presentó de manera apresurada con dos compañías de guardias civiles, además de otras unidades militares. Aunque los diputados habían asegurado quedarse en sus escaños cuando se habían enterado de la llegada del general, lo cierto es que huyeron despavoridos ante la presencia de los uniformados en el Congreso de los Diputados.
La I República murió de esta manera ese mismo día. Otro general, Serrano, tomó el poder, hasta la llegada del rey borbónico Alfonso XII, que convirtió a la nación en una monarquía parlamentaria.
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