Buceando en la leyenda

Buceando en la leyenda

viernes, 29 de julio de 2016

El rey que perdió el trono por ir al médico.

Idris I (nació en 1889) ha sido el mejor monarca de Libia en toda su historia, de eso no hay ninguna duda, y lo es por que ha sido el único. Cuando la Segunda Guerra Mundial concluyó, y la descolonización del mundo árabe también se hizo efectiva, diversos países como Egipto, Irak o Libia buscaron en la monarquía un sistema político que garantizase la estabilidad. Tras diversos golpes de estado, los dictadores sustituyeron a los reyes, salvo en países como Jordania y Marruecos, que siguen conservando sus linajes reales.


Idris I de Libia.


Idris aceptó el encargo de ser rey en 1951. El ser nieto del fundador de la cofradía islámica sanusí, con el prestigio que conllevaba, posiblemente influiría en tal decisión. Habiendo nacido en una región dominada por el imperio turco, tuvo que luchar posteriormente contra los italianos que, finalmente, conquistaría Libia. Durante dos décadas vivió exiliado en Egipto, y observó en la distancia como su país sería escenario de batallas entre los ejércitos del Eje y de los Aliados, en lo que sería la Segunda Guerra Mundial.

Fue simpatizante de las potencias occidentales y permaneció apático con respecto a los intereses de los demás países musulmanes de su entorno; cuando estalló la guerra contra Israel de 1967, fue de los pocos que no ofreció ayuda militar. Además, el no tener descendencia masculina que asegurase la continuidad en el trono era otro factor negativo a tener en cuenta.

Idris I no debió de modernizar el país como debiera, y esto lo digo porque tuvo que ir a un hospital extranjero a curarse de ciertas dolencias, y eso mismo fue lo que ayudó a que se produjera su derrocamiento. Aprovechando la coyuntura, una facción del ejército libio, encabezada por un jovencísimo veinteañero llamado Muamar el Gaddafi, realizó un golpe de estado que acabó de un plumazo con la monarquía en Libia.



Gaddafi en 1973.



El rey derrocado ya no volvería a ver nunca más la tierra que le vio nacer, y se exilió, una vez más, a Egipto, algo que le salvó la vida, ya que en Libia le habían juzgado in absentia, y le habían condenado a muerte.

Con la nada despreciable edad de 94 años, el primer y único rey de Libia moriría en 1983. Tras la muerte de Gaddafi en 2011, un heredero suyo, su sobrino nieto Muhammad al-Senussi, reclama el trono de Libia, que de momento sufre los zarpazos del integrismo islámico.


Fuentes e imágenes: Wikipedia.