Buceando en la leyenda

Buceando en la leyenda

sábado, 21 de enero de 2017

Los peores días de Napoleón.

Hay pocos personajes históricos que sean tan famosos como el mismísimo Napoleón Bonaparte (1769-1821). De orígenes humildes, llegó a convertirse en el emperador del gran imperio francés, y en el dueño de Europa. Todas las grandes potencias tuvieron que unirse para derrotar al mítico general. Fue un gran estratega militar, posiblemente el mejor, y fue idolatrado por aquellos hombres a los que mandaba luchar y morir en los innumerables escenarios bélicos en los que participó. En este espacio, mi blog, podría hablar de alguna gesta militar, de Austerlitz por ejemplo, una de sus obras maestras, o de alguno de sus muchos logros políticos, como la creación del Código Civil, o de su interesante vida personal, pero prefiero dar otro enfoque a su figura, ciertamente conocida, para dar relieve a sus fracasos y a sus días de mala suerte, y así dar conocer otra faceta de este auténtico gigante de la Historia. Entonces, y por orden cronológico, y según mi criterio, he escogido algunas de las jornadas más nefastas que tuvo que sufrir en sus propias carnes Bonaparte:

-Siendo Napoleón un simple oficial prometedor, estalló la Revolución francesa, una época de grandes vaivenes políticos, de tumultos y de sangre; aunque también dejó el campo abonado para que algunos, como el joven corso, supieran sacar provecho de la difícil situación. En la primera gran acción militar en la que tuvo ocasión de participar, nuestro ambicioso personaje no iba a desperdiciarla. De este modo, durante al asalto del puerto de Tolón, en manos británicas, Napoleón estaba al mando de la artillería, y gracias al buen uso que hizo de ella se pudo tomar la plaza de forma brillante (el 18 de diciembre de 1793, los ingleses evacuaron el puerto), lo que le dio gran fama y prestigio; en recompensa se le nombró general de brigada, el más joven del ejército con sólo veinticinco años.



Napoleón Bonaparte.



Pero la mala suerte hizo que la fama le llegara en un momento inoportuno. En ese misma ocasión los jacobinos estaban en el poder y Napoleón fue propuesto por Robespierre (nombre asociado a la época del Terror, ya sabéis la época en la que la guillotina cortaba cabezas a diario) para dirigir la artillería del ejército que se iba a enviar a Italia. Pero la caída de los jacobinos llegaría de forma rápida y Napoleón (sin comerlo ni beberlo, como se dice en España) sería denunciado como colaborador de Robespierre en 1794; estuvo preso por un breve período de tiempo, y al quedar libre de le privó del mando militar (fue prácticamente un paria que no era admitido en ningún sitio). En la mente del joven rondó la idea del suicidio (esto se conoce gracias a sus propias cartas).

-Hay un episodio bastante desconocido, aunque bastante mencionado en los espacios de internet dedicados al tema del "misterio", que nos dan una imagen de un Napoleón orgulloso y altanero, pero también de un hombre bastante asustado tras intentar superar una prueba para demostrar su valor. Me estoy refiriendo a un suceso ocurrido durante su campaña de Egipto.

En marzo de 1798, el Directorio aprobó una expedición al mítico país del Nilo, entonces dentro de la órbita del imperio otomano. Acompañado de soldados, y también de científicos, la empresa fue famosa, entre otras cosas, del descubrimiento de la llamada Piedra Rosetta, texto escrito en piedra que sería clave, posteriormente, en el desciframiento de la antigua escritura jeroglífica egipcia. Según se cuenta, estando en el lugar que ocupa la Gran Pirámide de Giza, se propuso pasar la noche en el interior de la misma, sin ninguna compañía.

Cuando amaneció, al día siguiente, surgió de la misma corriendo y con el rostro aterrado. Cuando alguno de sus subordinados le preguntó que le pasaba o que había visto allí dentro, contestó que "aunque te lo dijera no te lo creerías". Al morir, más de veinte años después, Napoleón nunca contaría la experiencia que le había llevado a soportar esa terrible angustia, y se llevaría el secreto a la tumba.



Napoleón en Egipto.



-Antes de abandonar Egipto, al general y esposo de Josefina, le llegaron noticias de que su mujer le estaba siendo infiel. Validando aquella frase de que "el marido es siempre el último en enterarse de la traición", Napoleón fue advertido por uno de sus más leales generales, Junot, y el único que reuniría el valor necesario para afrentar tan terrible experiencia, de que su amada esposa -por entonces estaba muy enamorado de ella- pasaba su tiempo libre con algún amante.

Para empeorar la cuestión, y en perjuicio del orgullo y de la dignidad del corso, fue interceptada una carta que le envió a su hermano José (el que sería rey de España) donde se quejaba amargamente de la traición producida por su mujer. Dicha misiva fue, incluso, publicada por los periódicos de Londres antes de que pudiese llegar a Francia.

Aunque Junot hizo lo que haría un buen amigo en ese caso, Napoleón se lo agradecería no nombrándolo Mariscal de Francia nunca.

-En Julio de 1804, en Bolougne (norte de Francia), durante los preparativos para invadir Inglaterra, pasó un terrible acontecimiento que tiene mucho que ver con el carácter despótico que tenía nuestro protagonista en cuestión. Posiblemente, al acabar el día e irse a dormir, Napoleón, si tenía algo de conciencia, debió de sentirse un imbécil y la persona más miserable del mundo.

Como ya he comentado, en aquella localidad se estaba acumulando un número ingente de hombres y material para una posible invasión a la isla enemiga, cosa que nunca sucedería posteriormente (gracias, entre otras cosas, a la derrota naval de Trafalgar). El día 20 de julio de 1804, Napoleón ordenó hacer una revista imperial de la flotilla allí reunida. Sus almirantes le advirtieron de que no la hiciera, de que había signos evidentes de que se acercaba una galena o tormenta, y que era peligros para los barcos allí reunidos. En un acto de prepotencia injustificado (Napoleón era un maestro de la guerra terrestre, pero no tenía la menor idea de los asuntos náuticos), y desoyendo las sabias advertencias de sus subordinados, se negó a que se pospusiera el asunto y obligó a los almirantes a llevar a cabo el acto castrense. Incluso, el Almirante Bruix, que comandaba la plaza, fue cesado por protestar ante lo que consideraba una orden ciertamente estúpida.



Josefina, la primera mujer de Napoleón.



Entonces, como tristemente pudo comprobar, Napoleón fue testigo de que su poder absoluto no abarcaba el dominar los elementos de la naturaleza, que son más fuertes que cualquier hombre en la tierra, por más países que logre dominar y grande sea su imperio. Así, la tormenta se desató con fiereza y más de 20 embarcaciones atestadas de soldados y marineros, volcando las mismas y siendo lanzadas contra los acantilados mientras los pobres desgraciados gritaban desesperados pidiendo una ayuda que nadie podía ofrecerles. Al acabar la jornada habían muerto ahogados más de 2000 valiosos soldados franceses en un acto inútil y, cabizbajo, el que llegaría a ser emperador de los franceses se retiró a sus aposentos sin decir ni una sola palabra.

-El día 18 de junio se libró la batalla de Waterloo, una de las más famosas e importantes de toda la Historia. Era un enfrentamiento tan decisivo, que Napoleón tenía que poner toda la carne en el asador, y salir victorioso para poder sobrevivir y poder continuar en el poder. Por lo tanto, la noche anterior debería de haber descansado lo suficiente para estar en óptimas condiciones y así dirigir de forma adecuada a sus tropas en cualquier instante. Pero las cosas no sucedieron de esa forma, y Napoleón no pudo conciliar el sueño en esa ocasión y llegó al momento cumbre de su carrera en la peor de las condiciones posibles, y es que la enfermedad acosaba al emperador y no lo dejaba descansar de forma adecuada.

Al despuntar el alba, Napoleón debería de haber atacado de manera implacable a los ingleses y sus aliados, que se encontraban defendiendo sus posiciones en la cresta de una colina, pero no lo hizo. El hecho de que el terreno se encontrara embarrado como consecuencia de una abundante lluvia nocturno, tampoco ayudaba. Lo que sucedió es que el ataque francés se produjo bastante tarde, cosa que le perjudicaría a la postre, ya que a los prusianos les daría tiempo a participar de forma decisiva en el enfrentamiento y, así, desequilibrar el balance de fuerzas de manera decisiva.

La razón por la que Napoleón no pudo dormir la noche anterior a la batalla de Waterloo es que estaba muy enfermo: tenía problemas de pituitaria, hemorroides, problemas estomacales...y solía vomitar por la noche, impidiendo que lograra descansar de manera adecuada. Es posible que debería de haber estado en un hospital en vez de estar salvando a su imperio.

Fuentes:

-Los Grandes Personajes de la Historia, de Canal Historia.
-Trafalgar, se John Terraine.
-Artículo del diario ABC.
-Documental sobre la batalla de Waterloo en You Tube.

Imágenes:

-Wikipedia y diario ABC.