Buceando en la leyenda

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miércoles, 24 de diciembre de 2014

Los "trasatlánticos" de la Antigüedad.

Aunque sea una frase muy sobada esa que dice: "está ya todo inventado por los antiguos", hoy hablaré sobre un tema que la corrobora una vez más, la de los barcos de lujo de la Edad Antigua.

Cuando vemos por la tele los enormes y magníficos buques de pasajeros, con un poco de envidia eso es cierto, plagados de grandes lujos como restaurantes, tiendas de ropa, piscinas, y un largo etcétera que hacen las delicias de los que los disfrutan, la mayoría de la gente no hubiese adivinado nunca que hace más de 2.000 años existía algo enormemente parecido.

Habían ciertos barcos de carga, ya sabéis aquellos llenos de ánforas de aceite y vino, entre otras muchas cosas, que tenían espacio para llevar pasajeros y equipaje. Es de suponer que los precios del derecho a pasaje serían más baratos.

Además de esos, había naves que servían exclusivamente para transportar personas:

-Los phaseli eran bajeles para viajes largos en primavera y verano.

-Los barcos trirremes victoriae eran más ostentosos que los anteriores.

-Los más lujosos eran los "yates privados", entre los que destaca el Syracousia. Fue realizado por encargo de Hierón II de Siracusa (307-212 a.C.) al célebre inventor Arquímedes, que lo diseñó. El barco, una vez construido, medía 55 metros de largo y 14 de ancho. La magnífica construcción constaba de tres plantas. La inferior estaba destinada al equipaje y a la carga. La del centro constaba de 150 cabinas acomodadas para otros tantos pasajeros. La parte superior estaba dotada de torres con catapultas y balistas, además de 400 soldados que hacían la función de marineros, todo ello para dotar al navío de una excelente seguridad. Para el disfrute de los pasajeros, las instalaciones constaban de un gimnasio, una biblioteca y anexa una sala de lectura con forma de reloj de sol, unas termas, un comedor y un santuario dedicado a Afrodita Pontia. Todo ello estaba adornado con estatuas, pinturas, artesonados en techos y ricas molduras en puertas y paredes. Agua fresca en abundancia, contenedores de agua salada que albergaban peces vivos, jardines con árboles plantados..., en fin todas las comodidades que pudiera desear alguien adinerado dispuesto a pagar el viaje.


Ciudadanos italianos disfrutando de los restos del lago Nemi.


-Las naves suntuosas construidas por los emperadores Calígula, Domiciano o Agripa, fueron realizadas para el disfrute exclusivo de esos tales personajes tan poderosos. Dentro de este grupo, destacan los barcos del lago Nemi. Según el historiador romano Suetonio, el emperador Calígula (37-41 d.C.) mandó construir dos enormes embarcaciones para su disfrute, que serían botadas en el pequeño lago, a 24 km de la ciudad de Roma. En este caso, es fascinante comprobar como la Historia y la Arqueología van de la mano, ya que, de manera casi milagrosa, los barcos se preservaron casi intactos durante casi dos milenios en el fondo de aquellas aguas. Tras siglos de expolios, y es que se puede decir que los habitantes del lugar conocieron de siempre los pecios allí depositados, y algunos vanos intentos de recuperar las magníficas naves, en la época de Mussolini se hicieron los trabajos faraónicos de desecar el lago y extraer del fondo las estructuras de los barcos. Puede decirse que fue una de las pocas cosas buenas que hizo aquel fascista italiano, ya que todos los trabajos de transporte y restauración permitieron que los ciudadanos pudieran contemplar aquellas maravillas de la Antigüedad. De más de 70 metros de largo, de dimensiones colosales para aquella época, decorados con columnas, esculturas, mármol...; sistemas de calefacción, baños...; unas técnicas de construcción increíbles..., en fin hubiera sido uno de los grandes descubrimientos de arqueológicos de todos los tiempos, pero una bomba alemana en plena Segunda Guerra Mundial los destruyó para siempre...


Foto de uno de las barcos del lago Nemi.


Fuentes:
-Mediterráneo, de Pilar Pardo Mata.
-El blog Arquehistoria.
-El blog Arcana Mundi.

domingo, 21 de diciembre de 2014

El valor de las mujeres-soldado israelíes.

El papel de la mujer en las fuerzas armadas israelíes (FDI) está bastante extendido. Ellas están en innumerables puestos del ejército, liberando a los varones para que puedan cubrir las plazas de carácter combativo. Es decir, que no van a la primera línea de frente a luchar. De hecho, no combatieron ni en la guerra de los seis días, ni en la del Yom Kippur, ni en la reciente de Gaza..., aunque si lo tuvieron que hacer en la guerra de la Independencia (1948-1949), ya que la misma existencia del recién constituido estado de Israel estaba en juego, y es que cinco ejércitos de cinco naciones diferentes atacaron a la misma vez un pequeño país, con muy poca población judía por entonces, para apoyar a sus aliados palestinos.

En aquel conflicto murieron más de 6000 judíos, entre civiles y militares, casi un 1% de la escasa población en ese momento. Sólo en esa guerra, murieron más israelíes que en todas las guerras árabes-israelíes posteriores. Fue, sin duda, una auténtica tragedia. La situación fue tan desesperada que las féminas lucharon codo con codo con los varones judíos, y se dieron auténticos actos de heroísmo por parte de ellas. No conozco el número total de víctimas femeninas, pero seguramente fueron muchas.




Uno de los episodios en los que demostraron su valor se produjo en el kibutz (granja colectiva judía) Gesher, el 27 de abril de 1948. Tropas jordanas de la legión árabe (unidad de élite) se disponían a atacar la posición. Un kibutz es un conjunto de edificios e instalaciones dedicados a la explotación agropecuaria. La población está compuesta de hombres, mujeres y niños, es decir familias enteras. Viven en plena igualdad y de manera casi autónoma (tienen hasta sus propios médicos). Es un sistema  muy característico de Israel. Además de producir alimento, los habitantes de kibutz cuentan con armas ligeras que utilizan para defenderse de cualquier ataque militar. En la guerra de 1948-49, muchas de esas instalaciones fueron atacadas por los árabes, produciéndose auténticas batallas. No hace falta decir, que constituyeron un factor fundamental para que Israel sobreviviera a aquella dura guerra.

Antes de que los árabes llegaran, los niños fueron evacuados del kibutz de Gesher. Sus padres y sus madres se quedaron para defender su modo de vida y de trabajo, además de su propio país. Entonces, ante una más que previsible derrota, decidieron que debían adoptar una dramática solución: para que los niños no se quedaran huérfanos de ambos padres, uno de ambos se iría del campo de batalla, mientras que el otro se quedaría para luchar hasta el final, si era menester. Sin dudarlo muchas mujeres se quedaron, dejando a los maridos marchar.

Tras días de intensos combates, los árabes se retiraron después de fracasar en intentar tomar el kibutz de Gesher.




(minuto 30 aproximadamente)


martes, 16 de diciembre de 2014

¿Existieron los Demonios de la noche?

En 1996 se estrenó la película norteamericana Los demonios de la noche. Tales bestias eran dos leones que devoraban trabajadores de un ferrocarril que se estaba construyendo en Kenia, por parte de los ingleses que en ese momento estaban en pleno proceso de colonización del continente africano. Al ingeniero militar John Henry Patterson (protagonizado por el actor Val Kilmer), se le encomienda la difícil tarea de acabar con la actividad de los felinos, que no se cansan de alimentarse con la carne fresca que les proporciona su actividad de matar a los pobres trabajadores indígenas. Para poder cumplir con su cometido cuenta con la ayuda inestimable cazador Charles Remington (en la piel de Michael Douglas). La superstición de las gentes de lugar, sumado a la dificultad de cazar a las bestias que burlaban con facilidad las ingeniosas trampas que les eran puestas, hicieron que los leones fueran vistos como algo más que simples animales.


Cartel del film de 1996. Aunque no sea especialmente recordada, mi humilde opinión es que se trata de un trabajo bastante digno de ver.


La película está basada en hechos reales. Sucedió en una época en la que las potencias europeas se disputaban los territorios africanos como si de una gran tarta se tratara, y en la que lo que importaba era coger los trozos más grandes y suculentos. En aquella enloquecida carrera ganaron, sin duda, los ingleses y franceses que llegaron a ocupar enormes extensiones de terreno.

En marzo llegó a Kenia el teniente coronel Patterson, que tenía la misión de construir, en calidad de ingeniero, el puente sobre el río Tsavo, fundamental para que la obra del ferrocarril entre Kenia y Uganda pudiera ser llevada a cabo. Este militar británico había sido destinado con anterioridad en la India, donde había sido cazador de tigres. Posteriormente, durante la I Guerra Mundial (1914-1918), llegaría a mandar una unidad compuesta por soldados judíos, considerado el primer ejército judío en 2.000 años, y que sería considerado el embrión de las futuras fuerzas armadas israelíes. Patterson se convirtió en un ferviente defensor de la creación del Estado de Israel, aunque fuera protestante.

Nada más llegar a Tsavo, se produjeron los primeros ataques a los trabajadores indios. Los leones macho sin melena, un rasgo típico de esos animales de la región, se introducían por la noche en el campamento y asaltaban las tiendas de tela donde dormían los desafortunados, que se llevaban en sus terribles fauces, para devorarlos vivos en un lugar apartado y solitario. Patterson, que no contaba con la ayuda de ningún cazador blanco, como el que interpretaba el gran Michael Douglas en la película de Hollywood, puso un innumerable número de trampas para mantener alejados a los felinos del campamento, y para intentar abatirlos, aunque estuvo meses sin conseguir nada más que contemplar con pesadumbre como el número de trabajadores indios iba decreciendo.

Aunque Patterson cifró en 135 el número de víctimas por parte de los ataques de los felinos, otros datos sugieren que fueron bastante menos. No obstante, la cifra es estremecedora, y pareciera que a los dos leones no le gustaba otra cosa que fuera carne humana. Esa conducta no es habitual en aquellos animales, por lo que se han barajado diversas teorías que intentan explicarlas. Una de ellas habla de que había un camino de tráfico de esclavos cercano al lugar de los hechos, y de que eran dejados cadáveres de africanos muertos en el viaje que servían de comida para las bestias del lugar, incluidos los Demonios de la noche, que cogerían el gusto por la carne humana.


Foto de uno de los leones abatidos por Patterson.


Ante la frustración de ver que pasaban los meses sin resultados, muchos indios abandonaron las obras del tren, quedando tan solo unos pocos para trabajar, eso sí con el miedo constante acosándolos todo el tiempo.

El 9 de diciembre, tras dispararle innumerables disparos, y después de salvar la vida por poco, cayó abatido el primero de los leones. El 19 de diciembre fue cazado el segundo. Las pieles de los animales sirvieron de estupendas alfombras en la residencia de Patterson, que contemplaría con todo el orgullo del mundo. En 1924 fueron vendidas al Museo Field de Chicago, donde hoy se pueden contemplar los magníficos animales.




El 7 de febrero de 1899 se completó el puente, y en 1907 se publicó el libro de Patterson sobre sus experiencias en la épica cacería, The Man-Eaters of Tsavo.



Fuentes consultadas: Wikipedia.

viernes, 28 de noviembre de 2014

¿Existió el rey Arturo? (IV). La piedra de Arturo y la espada en la roca.

Una vez más vuelvo a uno de los misterios históricos que más me han fascinado desde hace muchos años. Aunque no hay pruebas que autentifiquen la existencia del más célebre de todos los reyes medievales, y puede que nunca las haya, no hay que perder la esperanza de que algún arqueólogo encuentre alguna vez alguna moneda con la imagen y el nombre de Arturo, o alguna inscripción epigráfica, o algún pequeño objeto que lo relacione....

En el año 1998 se realizó una excavación cerca de las ruinas de un castillo medieval situado en un lugar llamado Tintagel, en la península de Cornualles, en el sur de Inglaterra. Según el escritor Godofredo de Monmouth, que fue el responsable de que el mito se expandiera de forma exponencial, el rey Arturo nació allí. Los arqueólogos encontraron restos de unas edificaciones de los siglos V y VI, exactamente en la época que supuestamente vivió el afamado monarca britano. Había restos de un palacio, un monasterio y de un puerto, que indicaban que era un centro comercial importante de la llamada "Edad Oscura" (era así conocida por no haber muchas fuentes históricas). Y además encontraron una piedra con una inscripción en latín del siglo V o VI. Entre aquellas palabras apareció un nombre "Artognou", muy parecido al del mítico héroe. Aunque no constituye una prueba suficiente para poder determinar la posible existencia de Arturo, al menos abre una puerta a la esperanza de que un futuro ocurra un hallazgo fortuito de estas características que si pueda desvelar el misterio.

La piedra de Arturo.


En un lugar alejado de Tintagel, en el norte de Italia para ser mas concreto, en Chiusdino, existe una reliquia histórica que recuerda el mito del rey Arturo. En una gran piedra hay una espada clavada. El arma perteneció a San Galgano (1148-1181), un caballero medieval que sufrió una metamorfosis interna para convertirse en un hombre santo. El acto de clavar la espada fue un acto simbólico  de que dejaba atrás las armas y las matanzas, y de que adoptaba la "cruz", es decir, la forma que adquiere el pomo de una espada (en forma de crucero) cuando se contempla hacia arriba.

Es fácil asociar la historia de un joven arrancando una espada en la roca para convertirse en rey de Inglaterra, con el mito de la espada llamada Excalibur, la que permitió al rey Arturo ganar tantos combates. Pero la realidad es que la espada de San Galgano es anterior al relato inglés; Robert de Boron (a caballo entre los siglos XII y XIII), en su obra Merlín, fue el primer escritor que hablaba de que Arturo sacó la espada de una roca, como prueba de su legitimidad como descendiente de Uther Pendragón. Anteriormente, Godofredo de Monmouth describía que el arma estaba clavada en un yunque, antes de ser extraída por el afamado héroe. Es muy posible de que la historia de San Galgano influyera de algún modo en el ciclo artúrico para enriquecerlo y transformarlo, llegando de esa forma hasta nuestros días.

La espada de San Galgano.


miércoles, 19 de noviembre de 2014

Los terroristas que se arrepintieron de ir a Corea del Norte.

El 31 de marzo de 1970 un Boeing 727 de la compañía Japan Airlines fue secuestrado cuando volaba de Tokyo a Fukuoka. Los responsables fueron nueve miembros del grupo armado Liga-Roja comunista japonesa, que tomaron 129 rehenes. No pedían ni dinero ni que las autoridades liberaran a algún terrorista encarcelado. Lo único que querían era irse a vivir a Corea del Norte, un país de sobra conocido por ser gobernado por un férreo y opaco régimen comunista.

Tras la travesía la aeronave aterrizó en el Aeropuerto de Mirim de Pyongyang, en Corea del Norte. Enseguida pidieron asilo a las autoridades, que no dudaron en concedérselo. Es probable que recibieran con agrado a todo el que quisiera disfrutar de las mieles de toda una dictadura comunista.


Imagen del avión secuestrado 351 de la compañía Japan Airlines.


¿Cuál es la situación a día de hoy de aquellos buscadores de felicidad en paraísos ajenos? Pues parece que lo mejor que podían haber hecho es quedarse en su país. Dos de ellos murieron antes de 1995. Otros dos, el matrimonio compuesto por Takeshi Okamoto y Fukudome Kimiko, parece que fueron asesinados cuando intentaban escapar de Corea del Norte. Otro ha muerto más recientemente, y el resto, salvo Yoshimi Tanaka que fue arrestado en Tailandia y repatriado a Japón en el año 2000, hicieron una petición a la autoridades norcoreanas para permitir que les devuelvan a su país.

Corea del Norte es un país tan oscuro que apenas se tienen detalles de lo que ocurre dentro de sus fronteras. No se puede esperar que pasen muchas cosas buenas en una nación que no tiene ningún tipo de trasparencia. Tan sólo se cuenta con los testimonios de los pocos que pueden escapar de allí para intentar acercarnos a la verdad. Uno de los casos más extraños, vamos a llamarlo así, de esos fugitivos es el de Kim Hyon Hui, que en el año 1987, junto a un camarada suyo, participó en un atentado terrorista que le costó la vida a 115 personas.

El 29 de noviembre de aquel año, en el vuelo 858 de Korean Air que iba de Bagdad (Irak) a Corea del Sur, y con varias escalas, ambos terroristas colocaron un artefacto explosivo en un equipaje que iba en los compartimentos para las maletas de mano, justo encima de los pasajeros. Aprovechando que la aeronave estaba estacionada en el Aeropuerto Internacional de Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) haciendo escala, los dos norcoreanos desembarcaron de la misma, aunque serían apresados posteriormente al serle detectados dos pasaportes falsos. El avión ya se había estrellado en el mar de Andamán con fatales consecuencias.


Kim Hyon Hui cuando era joven.



Al verse detenidos y sospechosos del atentado Kim y su compañero se tomaron unas pastillas de veneno, cianuro, que portaban. La chica logró sobrevivir, no así el varón de 70 años. Tras recuperarse, la joven norcoreana fue llevada a Seúl (capital de Corea del Sur) donde reconoció que era una agente del espionaje de Corea del Norte. Dio toda clase de detalles, incluso del explosivo que utilizó: 350 gramos de C-4 en el interior de un aparato de radio y de una botella con 700 ml de explosivo (PLX). Según su testimonio, le había sido otorgada la misión por el hijo del presidente Kim Il Sung, para desestabilizar el país de cara a la celebración de los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988.

Kim pidió perdón a todas las víctimas y expresó su arrepentimiento. En 1989 fue condenada a muerte en un juicio, aunque fue perdonada por el presidente Roh Tae-Woo. Más tarde escribió un libro, Las lágrimas de mi alma, y donó todos los beneficios a los familiares de las víctimas.


Fuentes:
-HISTOCAST.
-Wikipedia.

martes, 11 de noviembre de 2014

Baibars, a la sombra de Saladino.

En el año 1260, en un lugar de Palestina llamado Ain Jalut ("Arrollo de Goliat"), tuvo lugar una gran batalla entre el ejército mongol, invencible hasta la fecha, y el mameluco de Egipto. Estaba en juego que gran parte del mundo musulmán cayera bajo el yugo del dominio de los mongoles, por lo que la batalla sea considerada de gran importancia, aunque algo desconocida a los occidentales. El comandante de la vanguardia de las fuerzas mamelucas era Baibars.

Si ha cualquier ciudadano occidental alguien nos preguntara el nombre de algún líder musulmán destacado que hubiera luchado en la época de las Cruzadas, sin duda que diría el nombre de Saladino. Pero para los musulmanes, el hombre clave de aquel periodo, el héroe que consiguió vencer a los cristianos en aquella contienda, fue otro distinto. Era Baibars, uno de los vencedores de la batalla de Ain Jalut.


El actor sirio Ghassan Massoud interpretando a Saladino en la película "el Reino de los Cielos".


Baibars (1223-1277) fue capturado y vendido para ser esclavo. Era alto, rubio y de ojos azules. Pasó a ser un soldado en un ejército de esclavos, el mameluco. Gracias a sus méritos fue ascendiendo en el escalafón hasta lograr llegar a la escala más alta de la oficialidad. Así, en el año 1250, nos lo encontramos dirigiendo al ejército mameluco luchando contra los cristianos de la VII Cruzada en el norte de Egipto. Su éxito fue rotundo ya que derrotó a las huestes del rey francés Luis IX (el futuro San Luis), que acabó siendo prisionero.

Tras la mencionada batalla contra los mongoles, Baibars mató al sultán Qutuz, en venganza por el asesinato de su amigo, Aktai. De esta manera logró tomar el poder. Posteriormente, emprendió la ofensiva contra lo que quedaba de los estados cruzados en Oriente Medio. De esta manera, atacó Acre, aunque no la pudo tomar. Si cayeron otras plazas como Arsuf, Haifa, Cesarea... Pero llegó una nueva expedición cristiana, al mando del futuro Eduardo I de Inglaterra, que consiguió contar con el apoyo de los mongoles, por lo que Baibars se vio obligado a negociar una tregua de 10 años, en mayo de 1272.

A los pocos años murió Baibars sin llegar a ver la caída de Acre (1291), el último bastión cruzado en Tierra Santa. Aún así, el mundo musulmán no olvida al que fue uno de sus grandes generales y conquistadores de todos los tiempos.



Fuentes consultadas:
-Historia Universal. Edad Media. De Miguel A. Ladero Quesada.
-Las hordas de Gengis Kan, de Stephen Turnbull.
-Wikipedia.



martes, 28 de octubre de 2014

¿Existió "el Chacal"?

En 1973 se estrenó la película "Chacal". Basada en una novela de intriga política de Frederick Forsyth, Chacal, cuenta la historia de un asesino británico de elegantes maneras contratado por la OAS (Organisation de L'Armeé Secrète, grupo terrorista) francesa para matar al general Charles de Gaulle, presidente de Francia. Sin nombre y sin rostro, el asesino, conocido por el nombre en clave de Chacal (interpretado por el actor Edward Fox), encara con frialdad su cita con una muerte que va a conmover al mundo. La tensión va creciendo mientras los metódicos preparativos de Chacal corren paralelos a los esfuerzos de la policía para destapar el complot.

El comienzo de la película es muy expeditivo, ya que se muestra un tiroteo por parte de los terroristas del OAS contra el coche de De Gaulle, que salva la vida por poco. Dicho atentado fue real: el 22 de agosto de 1962 el coche del presidente sufrió una emboscada, siendo planeada por el teniente coronel y destacado ingeniero Jean Marie Bastien-Thiry, que no era miembro de la organización terrorista. Bastien-Thiry fue ejecutado al año siguiente. No fue el único atentado que sufriría De Gaulle. Hubo muchos franceses rabiosos por que el gobierno dejara independizarse a Argelia (1962), ya que consideraban que pertenecía al mismo territorio de la nación.


Película inspirada en la novela de Frederick Forsyth.


Siguiendo el argumento del film, los dirigentes del OAS se dieron cuenta de que hacía falta alguien no perteneciente a la organización para que se hiciera cargo del macabro encargo, ya que los servicios secretos galos les pisaban los talones. Alguien sin nombre, solo con un apodo. Un auténtico lobo solitario, con innumerables recursos (hay escenas en las que se muestra su talento para seducir a hombres y mujeres por igual), sin escrúpulos (mata sin piedad cuando es necesario) y con un buen bagaje a sus espaldas. Ese asesino a sueldo implacable era Chacal. ¿Existió realmente?

En 1975 un tal Ilich Ramírez, llamado a sí mismo "Carlos" asesinaba a dos policías franceses y a un ciudadano libanés que le delató. Por ese crimen cumple hoy en día la pena de cadena perpetua en una cárcel de Francia. Carlos "trabajó" con terroristas palestinos, alemanes o solo. Ha sido un prolífico asesino, uno de los terroristas más buscados. Entre sus "hazañas" se encuentra el secuestro de 42 rehenes en una incursión a la sede oficial de la OPEP en Viena el 21 de diciembre de 1975, incluyendo a todos los ministros de petróleo de los países miembros. El periódico británico The Guardian le puso el sobrenombre de Chacal ya que entre sus pertenencias, la policía encontró en un registro la novela de Forsyth El día de el Chacal.


Fotografía del llamado Carlos el Chacal.


Esta es la única relación entre el personaje de la novela, totalmente inventado, por lo que Chacal nunca existió, solo es ficción, y uno de los más famosos terroristas de la historia.


Fuentes: Wikipedia y la película "El día del Chacal".

viernes, 24 de octubre de 2014

¿Encontraron los americanos armas químicas en el Irak de Sadam Husein?

El 11 de septiembre de 2.001 es una fecha que nunca se olvidará. Fue el día en que el mundo se detuvo y dio un vuelco. El terrorismo internacional dio su mayor zarpazo, e hizo una herida que nadie esperaba en absoluto, pues el miedo y el terror se introdujeron en la mentalidad colectiva del llamado Mundo Occidental. En aquel año gobernaba en los poderosos EEUU el presidente George Bush, que acabaría por llevar acabo dos ataques que provocaron dos largas y sangrientas guerras contra el yihadismo musulmán luchadas en Irak y Afganistán. La primera tuvo como excusa que el gobierno del dictador Sadam Husein estaba almacenando armas de destrucción masiva, entre las que se encontraban las de tipo químico. Con la perspectiva de hoy en día, tras pasar 13 años, la opinión generalizada considera que la intervención en el país del Tigris y el Éufrates fue un error que costó más de 4.000 vidas de jóvenes norteamericanos y que está basada en una mentira: en realidad no había armas de destrucción masiva en Iraq.

Una de las primeras operaciones llevadas a cabo fue la llamada "Martillo Vikingo", que dio comienzo el 21 de marzo de 2.003. Un equipo selecto de "boinas verdes" busco la colaboración, y la encontró a cambio de armas, de los peshmergas kurdos (los mismos que luchan hoy en día contra el temible Estado Islámico), para atacar una posición fuerte de un grupo terrorista denominado Ansar al-Islam, que tenía fuertes vínculos con al-Qaeda, la autora de los atentados del 11-S. El pueblo kurdo tenía sobradas razones para odiar al régimen de Sadam, no hay que olvidar que en 1.988 la aviación iraquí lanzó armas químicas contra la ciudad de Halabja, matando a 5.000 habitantes, entre los que se encontraban innumerables mujeres y niños. Además, tras la primera guerra del Golfo (1.990-91) los iraquíes aplastaron a sangre y fuego un conato de rebelión kurda en el norte del país.


Foto actual de una unidad de soldados femeninas kurdas. Los peshmerga fueron unos aliados muy valiosos para los americanos en la pasada guerra de Irak. Hoy en día son el principal freno del temible Estado Islámico.

El plan norteamericano era sencillo: los escasos soldados de élite guiarían a los cientos de soldados kurdos en sus ataques para desalojar a los terroristas de sus posiciones en la localidad de Sargat. Además, coordinarían las incursiones de los misiles y de la aviación. A primera hora del 21 de marzo una oleada de misiles Tomahawk cayeron sobre las posiciones de los Ansar al-Islam. Días después, los peshmerga avanzaron en el valle que les dirigía a las posiciones enemigas. Tras un avance inicial, los aliados fueron frenados por lo que fue solicitado un ataque aéreo, que sería llevado a cabo por F-18 de la US Navy. Tras recuperar la moral, los kurdos volvieron a la carga.

La resistencia de los ansar fue tenaz, ya que contaban con armas pesadas en forma de morteros y cañones, además de ametralladoras. Los comandos norteamericanos se vieron sorprendidos por el valor que desplegaron en el combate sus camaradas. Además, los boinas verdes contaban con numerosos recursos cuando se veía atascado el avance: en cierta ocasión se vieron obligados a actuar como francotiradores, extremadamente letales, contra las posiciones escondidas del enemigo.

Cuando se estaba luchando contra las últimas posiciones en la garganta de Daramar, los aliados se dieron cuenta de que había una gran cantidad de cuevas horadadas encajadas en rocosos muros que constituían una formidable defensa natural. Además, la cercanía de los soldados en combate hacía desaconsejable solicitar un ataque aéreo, ya que se ponían en peligro la vida de los kurdos amigos. Tras un ataque final a quemarropa, los defensores huyeron a la frontera iraní, siendo acosados en su retirada por los cañoneros AC-130.

Un equipo especialista llegó para documentar los hallazgos hechos en Sargat. El equipo recuperó rastros de diversos componentes químicos, incluido ricino, junto a uniformes NBQ, inyectores de atropina (utilizados para contrarrestar los efectos de la exposición de armas químicas) y manuales en árabe sobre armas químicas. Frente a 300 combatientes muertos enemigos, los kurdos tuvieron 22 bajas y los norteamericanos ninguna.

Si es cierto que equipo de investigación no mintió y que los hallazgos son reales, no se puede afirmar con rotundidad que en Iraq no había armas de destrucción masiva en el momento de la invasión. Aunque sean escasas, esto son pruebas suficientes para discernir que un grupo terrorista estaba en él camino de armarse con estas armas tan peligrosas y poder emplearlas con incalculables consecuencias.


Bibliografía: Delta Force, Seal y Sas en la guerra de Irak, de Leigh Neville.

martes, 14 de octubre de 2014

¿Quién salvó a los soldados norteamericanos en Mogadiscio?

En el año 1.993 tuvo lugar una batalla dramática entre soldados de élite norteamericanos, rangers y hombres de la Delta Force, y los milicianos somalíes. El día 3 de octubre, el alto mando recibió una información precisa y valiosa: dos hombres fuertes de Aidid se encontraban en una reunión en un edificio en el centro de la capital, Mogadiscio. Aquella ocasión no iban a dejarla escapar, ya que el objetivo era la de hacer el mayor daño posible a Aidid, el jefe del clan más poderoso, el que controlaba el destino del país.

Una fuerza de doce vehículos blindados y 160 soldados, de los mejor entrenados del mundo, se puso en marcha para hacer cumplir el objetivo. Además, 19 helicópteros llevarían más hombres al combate y apoyarían con su armamento a los soldados que se internarían en la ciudad. Les aguardaban miles de hombres, mujeres y niños armados para hacerles la vida imposible. El plan era sencillo, había que capturar a los dos líderes somalíes y huir a toda prisa de allí. Los americanos contaban con todo lo necesario: soldados muy bien preparados, unos medios de primera calidad y una información precisa, nada podía fallar..., o eso al menos pensaban.


Película de 2001 que narra los hechos de la batalla. Imprescindible.


Al principio todo iba sobre ruedas y el plan se fue cumpliendo en sus primeras fases. Tuvieron el contratiempo de que un soldado se resbaló a muchos metros del suelo cuando descendía de una cuerda atada a un helicóptero, al hacer la técnica conocida como rápel. Al encontrarse en un estado muy grave, el ranger fue evacuado a la base. En dicho viaje se produjo la primera baja mortal, ya que en ese momento los somalíes salían desde todos los sitios posibles y disparaban con sus ametralladoras a los americanos. La situación se volvió incontrolable cuando fue derribado un helicóptero Blak Hawk. A partir de entonces, la lucha se volvió desesperada en Mogadiscio.

Poco después fue derribado un segundo helicóptero por los milicianos somalíes, que acabaron con todos los hombres que defendían el aparato, incluidos dos soldados Delta que habían sido desembarcados allí para defender a la tripulación herida, menos el piloto del mismo Michael Durant, que se convertiría en el único prisionero americano de la batalla. Mientras, el convoy terrestre luchaba por salir de la ciudad con los prisioneros somalíes capturados, y una fuerza de soldados luchaba por su vida intentando reagruparse y marchando por las calles de la ciudad, que estaba infectada de hombres y mujeres que disparaban sin cesar a todo occidental que veían.

La luz del día se iban apagando, y lo que, en un principio, era una ataque breve, se acabó convirtiendo en una lucha desesperada de 99 soldados yanquis, muchos de ellos heridos, por salvar sus vidas. Mientras se organizaba un convoy de rescate, buscando la colaboración de blindados pakistaníes y malasios, los rangers y los delta seguían muriendo en las calles de la ciudad africana. Se refugiaron en unas casas para pasar la noche, esperando en vilo la llegada de los refuerzos que les iban a sacar de aquel lugar de pesadilla. Eran conscientes de que en cualquier momento los somalíes les podían atacar y aniquilarlos allí mismo, era cuestión de minutos; el convoy se retrasaba y no había indicios de que fueran a llegar en breve.


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Única foto tomada el día en plena batalla de Mogadiscio.


La noche había caído en Mogadiscio y casi un centenar de hombres estaban esperando un ataque somalí que nunca llegó a producirse. ¿Qué pasó? ¿Quién salvó a los americanos esa noche?

Fueron los pilotos de los helicópteros Little Birds, que no dejaron de hacer pasadas de ametrallamiento en torno a las casas donde estaban escondidos sus compatriotas. Volando en plena noche y a una altura especialmente baja, arriesgando sus vidas constantemente, y contando con la única ayuda de unas luces que los rangers habían puesto marcando un perímetro de seguridad en torno a las viviendas en las se hallaban, aquellos pilotos de élite salvaron de una muerte segura a aquellos hombres heridos y agotados por el combate.

A la mañana siguiente (4 de octubre), se produjo el ansiado rescate por parte de una columna blindada que llevó a los hombres a un lugar seguro. La batalla de Mogadiscio acabó. Habían muerto 18 americanos en combate, una cifra terrible, y 73 fueron heridos. Las cifras por parte de los somalíes son desconocidas, pero fueron de muchos cientos de muertos. La misión se cumplió con éxito, aunque a un precio demasiado elevado. Las terribles imágenes de cadáveres de soldados mutilados y apaleados por la muchedumbre dieron la vuelta al mundo. Era demasiado para la población de EEUU, y el ejército se acabó retirando en tan sólo un mes, sin que hubieran acabado con el régimen de Mohamed Farrah Aidid, que se hizo con el poder de Somalia hasta su muerte.

Michael Durant, el piloto prisionero de Aidid, fue liberado y pudo volver a su patria con todos sus compañeros.


Documental sobre la verdadera historia de la jornada de Mogadiscio.

viernes, 10 de octubre de 2014

El campesino que derribó un helicóptero norteamericano.

En marzo de 2003, en pleno proceso de ocupación norteamericana en Iraq, saltó la noticia en todos los medios de comunicación a nivel mundial, de que un campesino iraquí, armado con un simple fusil AK-47, logró derribar a un helicóptero de ataque norteamericano apache. Al menos que yo sepa, la información no fue desmentida por las autoridades de la primera potencia mundial. No deja de ser paradójico que un señor que portaba un modesto fusil de unos 300 dólares, pudiera abatir a un aparato de lo más sofisticado, armado hasta los dientes con misiles, cohetes y ametralladoras, por hablar de la dotación de radares y sensores..., que cuesta casi 20 millones de dólares (eso la versión más barata).

www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/2003/03/24/1567858.shtml


El protagonista de esta historia disfrutando de su triunfo. Resulta sospechoso el ver que el helicóptero esté tranquilamente posado en el suelo, una posición no muy habitual en una aeronave que ha sido recientemente abatida.


Aunque no es fácil que un helicóptero sea abatido por simples armas portátiles, no es que sea algo fuera de lo común. En la batalla de Mogadiscio de 1.993, librada entre milicias somalíes y soldados de élite de EEUU, éstos sufrieron la pérdida de dos helicópteros Black Hawk a manos de guerrilleros armados de fusiles y lanzagranadas RPG-7, por la acción de éstas sobre todo; las RPG-7 son armas antitanque comunes, que no son filoguiadas ni teledirigidas. No hay que olvidar que los helicópteros tienen que realizar maniobras en las que suelen estar muy expuestos al fuego enemigo, como el de posar en el suelo o estar parados en vuelo.


Cartel de la película "Black Hawk" derribado.


Para finalizar el post, hablaré de una noticia que se dio en España en agosto de 1.989, muy relacionada con el derribo de helicópteros. En El Boalo (Madrid), la guardia civil detuvo a un pastor por el lanzamiento de una piedra a un helicóptero Bell UH-1D del Ejército de Tierra con Base en Colmenar Viejo. Parece ser que el hombre de campo, cansado de soportar los constantes viajes de dichas máquinas voladoras sobre su sufrida cabeza, le arrojó un canto a la primera de ellas que se cruzó en su camino ese día. Lo que no imaginaba, ni de la manera más remota, es que el impacto del objeto produciría el accidente de dicho helicóptero, hiriendo a los tres militares que hacían de tripulación. Os dejo el enlace de la noticia.

elpais.com/diario/1989/08/11/espana/618789604_850215.HTML

sábado, 4 de octubre de 2014

Como intentar rendir un castillo.

Los castillos medievales eran unas magníficas fortalezas de piedra muy difíciles de conquistar. Solamente, cuando los cañones hicieron acto de presencia en la escena de los enfrentamientos bélicos, se hicieron vulnerables. De los muchos asedios, que duraban meses e incluso años, realizados a esos baluartes en los siglos que duró la Edad Media (de hecho las grandes batallas fueron escasas), pocos fueron eficaces. La rendición por hambre o por traición, fueron métodos que pudieron tener algo de éxito. Hay que tener en cuenta que si un ejército acampaba durante un largo periodo en un sitio concreto, las bajas por enfermedad diezmaban de una manera brutal al número de soldados, por lo que la toma de una fortaleza solía ser demasiado costosa.

Por ejemplo, en el sitio de Harfleur, realizado en suelo francés por los ingleses en 1415, los atacantes sufrieron unas 4.000 bajas de un total de 10.000 hombres que iniciaron el asedio, y que duraría unas semanas. El ejército inglés fue terriblemente afectado por la disentería, ya que acamparon en un lugar lleno de brezales y pantanos; el agua que bebían era la misma que se usaba para echar los deshechos de la defecación. Además, las bacterias pasaban a los peces y a los moluscos, los cuales eras después consumidos. Posiblemente, casi todos los hombres cayeron enfermos.

Guzmán el Bueno, cuadro de Salvador Martínez Cubells.


Hay una leyenda española que cuenta como un noble leonés, Guzmán el Bueno (1256-1309), que defendía el castillo de Tarifa, se vio asediado por un ejército de cristianos y moros, al mando del infante Juan, hermano del rey Sancho IV de Castilla. Como los sitiadores tenían en su poder al hijo de Guzmán, le obligaron a decidir si rendía la plaza o ver morir a su hijo, si no accedía al chantaje. El bravo leonés les lanzó una daga con la que facilitarles el trabajo a los captores de su hijo, si lo que decidían finalmente era matar a su vástago, cosa que así hicieron. Como he dicho anteriormente, es una leyenda sin mucho fundamento histórico.

Un hecho similar ocurriría en Inglaterra unos años antes. El protagonista era el hijo de un noble al servicio de la emperatriz Matilde, durante la guerra civil que mantuvo contra Esteban I. John FitzGilbert, que es como se llamaba el caballero leal a Matilde, defendía el castillo de Newbury en 1152 cuando las tropas rivales asediaron la plaza. Como Esteban tenía en su poder a su hijo, le dio la opción de abrir las puertas a cambio de liberar al pequeño. Las palabras de FitzGilbert tras escuchar la macabra oferta fueron: "aún tengo el martillo y el yunque con los que forjar más y mejores hijos".


Guillermo el Mariscal derribando a un caballero en una justa.


Esteban se apiadó del muchacho y no cumplió su amenaza. Con el tiempo, aquel niño se convertiría en uno de los más grandes caballeros que haya existido nunca. Aficionado a los torneos, se dice que ganaría unos 500 combates. Sirvió a cuatro reyes, y llegaría a ser regente de Inglaterra. En el curso de una escaramuza, derribó de su caballo al mismísimo Ricardo Corazón de León, al que no mataría; como advertencia, para que no se volviera a levantar en armas contra su padre, el rey Enrique II de Inglaterra, mató a su caballo. Este gran caballero sería conocido como Guillermo el Mariscal.


Fuentes:
-Wikipedia.
-Agincourt, de Matthew Bennett.

martes, 30 de septiembre de 2014

¿Por qué llamaron a un jefe comanche Camisa de Hierro?

En el año 1858 se produjo una gran batalla entre los comanches y los Texas rangers. El jefe de los indómitos indios era llamado Camisa de Hierro, ya que portaba algo que provenía de los antiguos colonos españoles, un objeto que parecía darle cierta resistencia ante las balas, lo que le hacía ser un tanto invulnerable a los disparos de fuego, o eso al menos se decía. El encuentro mortal se produjo en las cercanías del río Canadian.

Al mando de los tejanos se encontraba el capitán John Salmon "Rip" Ford. El sobrenombre de Rip también es curioso. En la guerra entre Méjico y los Estados Unidos (1846-1848), John Salmon había escrito numerosas cartas a las familias desoladas de los rangers caídos; en cada misiva acababa con la leyenda "Descanse en Paz", pero como el número de cartas aumentaba, lo acortó a "R.I.P" (abreviatura de "Requiescat in pace", descanse en paz en latín; o también, "Rest in peace" en inglés).

Fotografía del capitán ranger John Salmon "Rip" Ford, vencedor de "Chaqueta de Hierro".


El combate se produjo cuando las fuerzas de "Rip" Ford (213 hombres en total) se adentraron  en el corazón de la Comanchería durante la primavera de 1858. Junto a los curtidos rangers se encontraban los bravos guerreros tonkawas, comandados por su jefe Plácido; estos indios eran enemigos ancestrales de los comanches. El jefe de éstos, el mencionado "Chaqueta de Hierro", era un poderoso hechicero que sus guerreros creían que tenía el poder de desviar las balas con su pecho.

La unidad de Ford cargó con decisión y venció de manera contundente. Los comanches se retiraron, dejando al menos 76 cadáveres en el campo, entre ellos su propio jefe. De la fuerza de los rangers, sólo se contaron dos muertos.

Muchos piensan que la chaqueta de hierro que portaba el jefe comanche era, en realidad, una vieja cota de malla española que había conseguido, no se sabe como. Dicha cota quedó destrozada con las balas de los tejanos disparadas al bravo jefe indio.



Bibliografía: Texas Rangers, de Stephen Hardin.

sábado, 27 de septiembre de 2014

¿Existió "el Cid"? ¿Venció en alguna batalla estando muerto?

Rodrigo Díaz de Vivar (C. 1048-1099), "el Cid", fue una figura genuinamente histórica y fundamental en la época de la Reconquista. Su vida y milagros están atestiguados en varias fuentes históricas, tanto cristianas, como la Historia Roderici y el Carmen Campidoctoris, como musulmanas, un escrito del autor Ibn Alquama (perdido pero reflejado en otras obras cristianas posteriores) y otro de Ibn Bassam. La primera mencionada, la Historia Roderici, es una biografía bastante fiel y compuesta de manera casi contemporánea a su vida, lo que la hace ser de extraordinario valor historiográfico.

La historia del Cid es la de un guerrero que, una vez desterrado por orden de su rey, Alfonso VI de Castilla, y privado de todos sus bienes, emprende la tarea, junto a su familia y sus hombres de armas, de ganarse a sangre y espada su propio reino. De esta manera,  Rodrigo se hizo dueño de su  propio destino y de unas tierras, con capital en Valencia, arrebatándoselas a los musulmanes.


Escultura de el Cid en Burgos.


Uno de los momentos cumbres de su carrera, fue cuando tuvo que enfrentarse con sus hombres en la batalla de Cuarte a un ejército procedente del norte de África, compuesto de temibles guerreros almorávides, fundamentalistas musulmanes, venidos para ocupar toda la península Ibérica,  y venciéndolo de una manera aplastante.

Si hacen falta más pruebas para demostrar su existencia, la firma del héroe castellano se ha conservado en un diploma de dotación a la Catedral de Valencia de 1098:


Además, sus restos y los de su mujer se hallan en la actualidad en la Catedral de Burgos, debajo de una lápida de mármol rojo:



La leyenda dice que el Cid venció en una batalla a los moros tras ser muerto: ataron su cadáver a la montura de un caballo, de tal forma que pareciera que lo montara. Los soldados enemigos al pensar que había muerto en el anterior combate, huyeron despavoridos al ver en el campo de batalla a un guerrero que parecía que nada podía acabar con él.

No hay ninguna fuente histórica que mencione este legendario episodio. Pero si hay un base que pueda explicar la maravillosa historia. Tras la muerte de Rodrigo, según parece no fue en combate, su cadáver fue embalsamado y expuesto en el trono. Esta costumbre proviene de los ritos funerarios romanos. Es posible que la imaginación popular se ocupara de convertir un ritual funerario en una fantástica anécdota.


Fuente principal: El Cid. La espada de la Reconquista, de José I. Lago y Manuel G. Pérez.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

¿Quién fue la "dama del candil"?

Es el año 1854, en el hospital de campaña británico de Escutari, en la península de Crimea. La guerra lleva meses provocando muertes y heridos sin cesar. Ha caído la noche y los médicos se han ido a dormir. Es entonces cuando Florence Nightingale inicia sus habituales rondas nocturnas, recorriendo los enormes pasillos (algunos dicen que andaba 6 km diarios), atestados de soldados heridos, con un candil en la mano atendiendo y cuidando, con cariño y la mayor diligencia, a cuantos lo necesitaran. Su sola imagen servía de consuelo a aquellos desdichados hombres, por otra parte acostumbrados a la dureza de sus mandos y a las penalidades de la guerra, al comprobar que había alguien que se preocupaba sinceramente de ellos. Se dice, que algunos besaban la sombra de su imagen que producía la luz de su lámpara.

El trabajo de Florence no pasaría desapercibida a los periodistas que cubrían la guerra de Crimea (1853-1856), y que contribuyeron de forma decisiva a la mitificación de la enfermera británica. Florence dirigió a un grupo de enfermeras durante el conflicto, ocupando un puesto oficial en el ejército británico; nunca antes, ninguna mujer había tenido una tarea de esa magnitud. Además, su estancia en Crimea no iba a ser un mero trámite, ya que ella lucharía con todas sus fuerzas para que la sanidad en los hospitales, y los cuidados a los heridos en la batalla, mejoraran y se tomaran más en serio. Como se comprobó al finalizar la guerra de Crimea, las cifras eran de lo más reveladoras. Hubo 4.000 muertos británicos en acción, una cifra sin duda alta, pero es que hubo 16.000 muertos por enfermedad, cuatro veces más.



Florence Nightingale nació en 1820, en el seno de una familia acomodada. Ella y su hermana tuvieron una educación esmerada, de la que se ocupó personalmente su padre. El destino final para Florence era el matrimonio y tener muchos hijos, no se esperaba más de ella. El mundo laboral estaba reservado a los varones. Pero Florence tenía energías para mucho más. No le faltaron pretendientes que le podían asegurar una vida cómoda y plena de eventos sociales, pero la vocación de ayuda al prójimo no le abandonó nunca. Hasta su llegada a Crimea, la oposición de sus padres a que fuera enfermera fue constante; en esa época, las mujeres de baja condición social eran las que ejercían ese tipo de profesión. Cuando tenía 17 años, sufrió una especie de experiencia mística, que le hizo conducir su vida al cuidado de los demás, como la gran enfermera que llegaría a ser. Después de ella, la disciplina de la enfermería ya no volvería a ser igual.

Cuando contaba 30 años de edad, fue a Kaiserworth donde aprendió el oficio. En los siguientes años, ya  estando en Inglaterra y Europa, complementó su educación en distintos hospitales. En 1853 visitó el hospital de Lariboisière, en París, donde pudo tomar apuntes del diseño del mismo, construido para recibir la luz y el aire fresco; esos factores podían hacer disminuir la mortalidad. Poco antes de su participación en el conflicto de Crimea, consiguió su primer empleo como directora de un sanatorio para señoras de la alta sociedad.


 

Cuando se desplazó al hospital que acogía heridos británicos, no paró de trabajar para mejorar las condiciones de los pacientes. Además, su primera medida fue la someter a sus enfermeras a la autoridad de los médicos, demostrando así gran habilidad para encontrar la concordia orientad a la lucha por el beneficio de los heridos. En poco más de un mes, había logrado mejorar el mantenimiento de las salas, ropa de cama, prendas de ropa, mejor comida; supervisó la asistencia a los pacientes, escribió las cartas de los soldados a sus familias, organizó un sistema para enviar dinero... En Inglaterra, el ciudadano medio vio con agrado los esfuerzos de aquella gran mujer. Incluso, su buena gestión le hizo ganar el respeto y la admiración de la reina Victoria de Inglaterra.

Cuando acabó la guerra, luchó para que las enseñanzas aprendidas en relación con la sanidad no quedaran en el olvido. Y hubo muchas, como por ejemplo que se les enseñara a los soldados y a los médicos a hacer las cosas mejor en cuestión de salud. Como Florence conocía muy bien los sistemas estadísticos, los aplicó de manera ejemplar y demostró como poder combatir la mortalidad en los hospitales de campaña aplicando, por ejemplo, medidas higiénicas.

De la escuela que instituyó en Inglaterra, salieron docenas de nuevas enfermeras, que a su vez enseñarían a otras tantas, a distintas naciones para que el esfuerzo de Florence persistiera. Hoy en día se le reconoce a Florence Nightingale como la primera enfermera moderna de la historia. Y yo añadiría, que pocos seres humanos han sido tan extraordinarios como lo fue aquella gran mujer.

martes, 16 de septiembre de 2014

Señales en el cielo (IV): El milagro de Empel.

En la larga guerra de los 80 años, librada entre el imperio español y los territorios que más tarde serían conocidos como Holanda, aconteció un hecho insólito como pocos, que los españoles calificaron de milagro, mientras que otros opinaban que la suerte había acompañado a las tropas hispanas de haber escapado de una derrota cierta.

En 1585, a los tercios españoles (el tercio era la unidad característica española de esa época) les encomendaron tomar la isla de Bommel, un territorio de escaso valor. Por lo tanto, unos 4.000 soldados al mando del maestre de campo don Francisco de Bobadilla, cumplieron con su deber y arrebataron dicha posición a los rebeldes holandeses. La reacción de estos no se hizo esperar: un flota de 200 buques, al mando del conde de Holac, fue enviada con la intención de hacerles pasarlo muy mal a los españoles. Así, cuando llegaron a la altura de la villa de Bommel, destrozaron dos diques de contención, lo que hizo que las aguas subieran rápidamente, y los españoles quedara aislados en un, cada vez más decreciente, islote de tierra.


Los tercios españoles en acción.


Antes de morir ahogados, los españoles tuvieron que huir al lugar más alto del lugar, el monte Empel, encontrando la salvación, aunque fuera de manera puntual, ya que se quedaban al alcance de las armas de fuego de las armas enemigas. Al poco, los hispanos empezaron a ser bombardeados sin piedad, y se prepararon para afrontar su apocalíptico final, aunque la llegada de la noche los salvó.

Bobadilla logró enviar mensajes de socorro, uno de los cuales llegó a su superior, el conde de Mansfeld, que ideó un plan, demasiado osado, para liberar a los españoles. Dicho intento de socorro nunca pudo ser llevado a cabo, ya que los holandeses pudieron seguir tomando algunas posiciones españolas. Estos se desesperaban al comprobar que el cerco no iba a cejar, ya que los holandeses no iban a permitir que su presa se soltara de sus garras.

En la mañana del 7 de diciembre parecía que todo estaba sentenciado para los españoles cuando un soldado, tras ponerse a excavar en la tierra, encontró una tabla pintada, donde aparecía la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción. Enseguida, los devotos cristianos empezaron a rezar, implorando a la madre de Dios, para que los salvara de un aciago final. Tras acabar con sus rezos, los españoles se reunieron para discutir sobre la posibilidad de atacar, de una forma desesperada, a los navíos holandeses que les tenían encerrados en aquella ratonera. Otros, más pesimistas, especulaban con la idea del suicidio colectivo.

Entonces, en la noche del 7 al 8, fue cuando se produjo el "milagro de Empel". Fue cuando Dios se puso de parte de los españoles, como más tarde dirían los holandeses. En ese momento, un viento helado congeló las aguas del río Mosa. Los holandeses, temerosos de que sus barcos quedaran encallados en el hielo, lo que significaba que tenían que luchar con los enrabietados soldados españoles, hartos ya de las penalidades que habían tenido que sufrir, huyeron del lugar a gran velocidad sin llegar a luchar.

A partir de entonces, la Virgen de la Inmaculada Concepción se convirtió en la patrona de los tercios españoles. A ella le achacaron que convirtiera una derrota inevitable en una milagrosa victoria para España.


Bibliografía:

-Tercios de Flandes, de Juan Giménez Martín.
-ABC, Historia militar de España.






viernes, 5 de septiembre de 2014

¿Existió Beowulf?

Beowulf es un poema escrito en lengua anglosajona, no se sabe muy bien cuando. Trata sobre las hazañas de un héroe escandinavo del siglo VI d.C., aunque el que lo escribió lo adaptó al mundo cristiano, ya que en esa época Inglaterra había dejado de ser pagana. Como ocurre en tantas ocasiones, la tradición oral había ayudado a que sobreviviera la historia de Beowulf, y el hecho de conservar la obra en texto escrito ha hecho posible que haya llegado hasta nuestros días, aunque no sepamos muy bien lo que hay de verdad oculta entre sus versos, y ni siquiera conozcamos si realmente existió alguna vez alguien llamado Beowulf.

Aparte de eso, lo que si parece evidente, es que el mundo del héroe si era real, además de que muchos de los personajes que protagonizan la trama tengan una base histórica cierta.


La película de 2007 "Beowulf", dirigida por Robert Zemeckis.
 


En resumen, Beowulf era el sobrino del rey de los gautas (en la actual Suecia del sur), que cruzó el mar hasta Dinamarca, para ayudar al rey Hrothgar. En su gran salón, llamado Heorot, donde se reunían sus guerreros para beber, cantar y celebrar su camadería, había llegado de imprevisto un monstruo llamado Grendel, haciendo una matanza generalizada y devorando carne humana. El rey, desde su trono, tuvo que ver con impotencia como iban cayendo sus hombres sin que nada pudieran hacer ante la bestia. Los ataques continuaron durante 12 largos años.

La tarea de Beowulf, en un principio, era la de matar aquel diabólico ser. Y así lo hizo, pero lo que no se esperaba nadie es que tenía una madre todavía más letal y mortífera, que también hizo de las suyas en el salón del rey. Así que, al héroe gauta, no le quedó más remedio que marchar a la guarida de la bestia, en el fondo de un lago rodeado de monstruos, para intentar acabar con el trabajo que había comenzado. Finalmente, salió victorioso del encuentro, y volvió a su país convertido en una gran celebridad.

Evidentemente, nunca existieron esos seres monstruosos, Grendel y su madre, pero si que el rey Hrothgar es un personaje que aparece en otras fuentes escritas, como en las sagas escandinavas y en la Gesta Danorum, por lo que su historicidad tiene sólidos argumentos. Con respecto a la búsqueda arqueológica, todavía no se ha encontrado ninguna prueba de que existiera su gran salón Heorot, aunque es posible que sea alguno de los que se ha localizado en la actual Dinamarca; en las cercanías de los restos de alguno se han encontrado enterrados objetos valiosos que indican que pudieran pertenecer a algún rey poderoso, como Hrothgar.

Continuando con la historia descrita en el poema, nos encontramos al héroe regresando a su patria. Junto a su tío, el rey Hygelac, parte en una expedición al territorio de los francos, en la que resulta muerto el soberano de los gautas. Esta parte del poema de Beowulf es corroborado con el relato del cronista del siglo VI, Gregorio de Tours. Por lo tanto, nos encontramos otra vez con una certeza histórica en una obra literaria, donde se pasean los héroes y los monstruos.

El hijo del rey caído, Heardred, es coronado, tras rechazar Beowulf la oferta de ser rey. Entonces, una vez en Suecia, se produce una gran batalla entre los suinones y los gautas en la superficie helada de un gran lago, la del lago Vänern, donde cientos de guerreros se enfrentan en un episodio que vuelve a estar registrado en otros anales históricos. Es más, algunos de los personajes que están relacionados con la misma, están también contrastados por las excavaciones arqueológicas y por las crónicas antiguas. Tras el enfrentamiento, el rey Heardred perdió la vida, y fue entonces cuando Beowulf llegó a ser rey.


Ilustración de la novela de "El Hobbit", sin duda influenciada por "Beowulf".


Después de gobernar durante un largo periodo de tiempo, Beowulf ya es un anciano que ha perdido las ganas de pelear. Pero entonces, desde la oscuridad de su cueva, repleta de tesoros de oro, apareció un enorme dragón que empezó a devastar su reino. Al cansado héroe gauta, no le quedó más remedio que marchar a la guarida de la bestia para acabar con ella. No iba solo, ya que sus mejores guerreros iban con él, además de su joven sobrino inexperto, llamado Wiglaf, que a la postre resultaría ser el que valerosamente le ayudaría en el enfrentamiento con el dragón. En el combate último con la bestia, Beowulf encontraría la forma de matarla, aunque le costara la vida finalmente.

Hay costumbres aparecidas en la obra que luego han sido corroboradas por los descubrimientos arqueológicos. Cuando se describe como eran enterrados los guerreros caídos, con sus tesoros como ajuar y luego quemados en piras funerarias, se ven los paralelismos con, por ejemplo, los restos encontrados en las excavaciones llevadas a cabo en Sutoon Hoo, Inglaterra, donde se hallaron en 1939 los restos de un enterramiento del siglo VII, casi de la misma época que se refleja en el poema, de un noble o rey poderoso sajón, con todo su ajuar de armas, objetos de oro y otros valiosos, en el interior de un barco, cuyas maderas ya se habían descompuesto.

En resumen, Beowulf es una obra literaria que ha despertado la imaginación de los lectores durante siglos, y que todavía lo hace, y constituye, a la vez, un documento histórico que es un espejo donde asomarse para contemplar un mundo antiguo, cuando los héroes eran grandes guerreros que salvaban su pueblo de los peligros que le acechaban; un mundo mítico pagano, que se acababa con la venida del cristianismo, aunque seguiría dando coletazos, me refiero a la posterior era vikinga, que estaba por llegar.

Si el mundo que refleja el poema era real, y aparecen personajes auténticos, ¿hay alguna prueba de que Beowulf existiera alguna vez? La respuesta, por desgracia, es que no la hay. Las sagas mencionan a algunos personajes con un nombre parecido, aunque no aportan ningún dato histórico concreto del que poder establecer ninguna conexión. La única posibilidad de encontrar al héroe queda, como en tantas ocasiones, en que la arqueología de con los restos de alguien que pueda ser identificado como tal. En el sur de Suecia hay cientos de túmulos aún sin excavar, y quien sabe, tal vez alguno sea de Beowulf.



Fuente principal: Wikipedia.

viernes, 29 de agosto de 2014

El peor arqueólogo de la historia, Giuseppe Ferlini.

Giuseppe Ferlini (1747-1870) era un médico italiano que se convirtió en arqueólogo. Huyó del hogar a los 18 años de edad, y partir de entonces su vida fue una completa aventura. Como médico se enroló en el ejército albanés, y, posteriormente, en el griego, donde participaría en la guerra de la independencia contra los turcos.

En 1829 llegó a Egipto, donde ejercería de sanitario en las fuerzas armadas de Mehmet Alí, el fundador del Egipto moderno. Cuatro años después, fue trasladado a Jartum, donde se ganó la simpatía del gobernador de Sudán, Curshid. Desde entonces comenzaría a participar en expediciones, empezando en Nubia superior. El pensamiento de encontrar tesoros egipcios le llegaría a rondar en su cabeza.

Se asoció con un comerciante albanés, Antonio Stefani. Por fin, en agosto de 1834 se inició un viaje que le llevaría a la ciudad de Meroe, cerca de la sexta catarata del Nilo, la capital del antiguo reino de Kush, que había gobernado el país del Alto Nilo desde el 400 a.C. hasta el 300 d.C. En ese lugar, Fréderíc Caillaurd había descubierto docenas de pirámides, y Ferlini "estaba dispuesto a todo" para intentar conseguir los secretos que albergaban en su interior.


Pirámides de Meroe. Las pirámides destrozadas contrastan con la silueta de la que parece no haber sido dañada por los hombres de Ferlini.


No perdió el tiempo, y una vez que llegó al lugar empezó a desenterrar un templo cubierto con jeroglíficos en las paredes, pero enseguida perdió el interés por el edificio. Entonces, centró su atención en las pequeñas pirámides que se erigían en la antigua urbe. Quiso acceder al interior de las más pequeñas, pero estaban sólidamente "selladas" y era muy difícil hacerlo. Así que el italiano no tuvo ningún escrúpulo en usar dinamita para solventar el problema. Una a una fueron demolidas, aunque no halló tesoro alguno en ninguna de ellos. Me refiero a oro, que es lo que buscaba el codicioso de Ferlini, no a la riqueza artística que albergaban los edificios, y que se perdería de manera irreversible por la locura del sujeto que lideraba la expedición.

Después, se dirigió a la más grande de todas. Destrozó la parte superior de la misma, y accedió a ella. Encontró un rico sarcófago vacío, objetos preciosos..., las pertenencias de una dama de alto rango. Cuando los nativos del lugar se enteraron de lo que estaba ocurriendo, se acercaron a miles al lugar. Toda la expedición tuvo que huir a toda prisa con sus más preciadas pertenencias; el tesoro fue sacado del país para no volver nunca más.

Hoy día se puede ver en los museos de Mónaco y Berlín. También, se pueden visitar los restos destrozados que dejó el equipo de arqueólogos dirigido por el "impresentable" italiano. Aunque no era una época en la que la Arqueología moderna se hubiera establecido, no hay razón ninguna para destrozar un patrimonio artístico con el fin de conseguir otros objetos igualmente artísticos, aunque sean de oro.


Fuente consultada: Wikipedia.



viernes, 22 de agosto de 2014

La animalada de la carga de Balaclava.

La famosa carga de la Brigada Ligera en Balaclava (25 de octubre de 1854), digna de protagonizar películas y de inspirar algún célebre poema, tuvo lugar en el marco de la Guerra de Crimea (1854-1856). Sin detenerme demasiado en los movimientos tácticos de la batalla, sin duda muy interesantes, se puede decir que el ataque británico a una batería rusa de artillería, situada  en el fondo de un valle fuertemente defendido, y que contaba además con más cañones en los laterales del mismo, se produjo por una serie concatenada de errores que llevaron a la realización de la "gloriosa carga de caballería". En su sano juicio, ningún general hubiera mandado atacar dicha posición con tan sólo una unidad de 678 jinetes. De hecho, un militar ruso, tras contemplar atónito dicho ataque, le preguntó a un prisionero inglés sobre el tipo de bebida alcohólica de la que habían abusado para realizar tal acción.

Una vez realizada la misión, y tras dejar perplejos a propios y extraños, los restos de la brigada retrocedieron a las líneas amigas. Tan sólo regresaron 195 hombres. En cambio, de los pobres caballos, que nada entendían de la locura que poseían a los jinetes que los montaban, se perdieron unos 500 en total, bien muertos en el fragor de la batalla, o bien sacrificados por sufrir heridas irreversibles.


La carga de la Brigada Ligera en Balaclava.
 

Además de la participación de hombres y caballos, la carga de la Brigada Ligera contó con la activa colaboración de otro animal, que era la mascota del 8º de Húsares, que nunca dejaba de seguir a sus dueños, ni siquiera en los momentos de máximo peligro; su lealtad y su amistad era así de espléndida. Se trataba de un terrier de pelo duro llamado Jemmy.

Como en tantas ocasiones, como en las batallas del río Alma o en Inkerman, Jemmy participaría en el ataque, aunque su actuación sea un tanto desconocida. Su lealtad sería puesta a prueba y, una vez más, no defraudó y estuvo hasta el final... De hecho fue herido, ya que en su cuello se incrustaron trozos de metralla procedentes de algún cañón o rifle.

Felizmente, Jemmy se repuso y regresó a Inglaterra tras finalizar el conflicto. Su inmensa y desinteresada lealtad no pasaría desapercibida. El coronel de Salis le puso un collar con cinco broches: uno por su participación en la batalla de Alma, otro por la de Balaclava, uno más por la de Inkerman, otro por la de Sebastopol y uno más por estar en la India central. Hoy en día, el collar se encuentra colgado en un comedor de oficiales de algún cuartel militar del Reino Unido.


Fotografía antigua de la Guerra de Crimea y una, más actual, de la tortuga Timothy, la última superviviente del conflicto con diferencia.


Mientras se producía la carga de la Brigada Ligera, en la seguridad de un barco de la Royal Navy, el HMS Queen, esperaba de manera tranquila y paciente otro animal famoso de los que participarían en la Guerra de Crimea. Era la tortuga Timothy, la mascota de dicho navío. Aunque parezca increíble, dicha criatura murió hace poco, en el año 2004, a la edad de 160 o 165 años, no se sabe bien su edad. Tras pasar 40 años en la Armada británica, se "jubiló" en 1892, pasando a vivir en un lugar más confortable, en el castillo de Powderham, de unos condes parientes del capitán Everard, el comandante del navío donde había "prestado sus servicios" la tortuga Timothy. Como anécdota final comentaré que nunca le cambiaron el nombre al animal, aunque luego se supiera que, en realidad, era hembra.


Fuentes consultadas:

-Cueste lo que cueste, de Bryan Perrett.
-El blog 1/4 de ambiente.

jueves, 14 de agosto de 2014

¿Existió Moby Dick?

La novela de la gran ballena blanca fue publicada en 1851, y fue escrita por el autor neoyorquino Herman Melville (1819-1891). Moby Dick es una de las obras cumbre de la literatura universal. Lo que no es tan conocido es que el autor se inspiró en una historia totalmente certera, y es que alguna vez hubo un gran animal de esas características que vagaba por el mar, hundiendo barcos y siendo perseguida por los balleneros mas osados intentando capturarla.

En 1819 partía de Nantucket (estado de Massachusetts) un ballenero norteamericano, el Essex. Cuando los tripulantes se hallaban en la labor de intentar cazar alguna ballena en el Pacífico sur, y estando en las embarcaciones menores por lo tanto, el buque, de 238 toneladas, fue embestido por un enorme cachalote blanco que lo hundió. Los marineros del mismo se salvaron, aunque sufrirían un auténtico calvario antes de ser rescatados, tras el incidente con el cetáceo, algunos de ellos, ya que el resto habían servido de alimento a los supervivientes.


 


Por aquella fecha y por aquellos parajes existía un gran cachalote albino que era famoso entre los balleneros. Aquel extraordinario animal había volcado un sinfín de pequeñas embarcaciones. En 1810 fue visto por primera vez cerca de la isla Mocha, en Chile, y pudo sobrevivir sin problemas al primer embate por el intento de su captura. Sería el primero de una larga lista. El animal en cuestión era llamado Mocha Dick, y parece ser que fue el que hundió al desafortunado buque.

El explorador Jeremiah N. Reynolds publicó su relato titulado "Mocha Dick: o la ballena blanca del Pacífico: Una hoja de un periódico manuscrito" en 1839. Dicho trabajo puede que fuera la fuente de inspiración de Melville, que por otro lado, había trabajado en un barco ballenero en su juventud. En la historia de Reynolds se cuenta de lo astuto que era el animal cuando se enfrentaba a los intentos de captura, o de que era capaz de levantar el cuerpo entero fuera del agua. Finalmente, en 1838, Mocha Dick fue capturado cuando intentaba salvar a otra hembra de su especie y a sus crías.



miércoles, 6 de agosto de 2014

¿Porqué fue Luis VII a las Cruzadas?

Luis VII de Francia fue coronado antes de que su padre, el rey Luis VI, falleciera. La tradición de los primeros Capeto de asociar a sus hijos al trono era la manera de evitar las luchas por el poder que se solían producir al morir los monarcas. En esa época el rey de Francia era, en realidad, un señor feudal más entre otros que, teóricamente, estaban el servicio del monarca. En la práctica, había nobles con más tierras y más poder. Las tornas cambiaron un poco cuando Luis se casó con la bella heredera de Aquitania, la famosa Leonor, e incorporó sus extensos dominios a la corona. Entonces, su poder patrimonial aumentó considerablemente, aunque la situación no iba a durar mucho.

Los testimonios de la época nos hablan de que Luis era un hombre piadoso, con un carácter muy distinto a la de la alegre Leonor, entusiasta del amor cortés y de los torneos de caballeros. Cuando se puso en marcha la Segunda Cruzada, Leonor se incorporó a ella, no pudiendo oponerse a ello su enamorado esposo. La empresa fue un fracaso, al igual que el matrimonio de los dos jóvenes, que fue anulado al poco de regresar a Francia. Tal vez tuviera que ver en algo la supuesta relación que Leonor tuvo con su tío, Raimundo de Poitiers. Según nos cuenta el historiador de la época, Guillermo de Tiro: "al contrario de lo que era esperable de su dignidad real, Leonor renegó de sus votos matrimoniales y fue infiel a su marido".


Luis VII de Francia.


No está claro si la infidelidad fue consumada. La realidad fue que Leonor se divorció y encontró un nuevo marido, el que sería el rey de Inglaterra Enrique II. Además, el territorio de Aquitania pasaba de Luis a Enrique, desequilibrando la balanza de poder. Fue tan vasto el dominio del nuevo esposo de Leonor, que pasaría ha llamarse el Imperio anglo-angevino.


Leonor de Aquitania.


Ahora bien, ¿cuál fue la razón por la que Luis VII se fuera a las Cruzadas? En una época en la que los matrimonios eran de conveniencia y se hacían sin amor, en las que las alianzas eran para obtener más poder, en la que los reyes carecían de escrúpulos para conseguir sus objetivos..., es difícil encontrar motivaciones un tanto, digámoslo así, más honestas para realizar alguna acción.

En 1442 ocurrió algo terrible en la vida de Luis que le hizo estremecer. Algo de que le hizo arrepentirse en lo más profundo, y por la que emprendió toda una cruzada para encontrar algo de consuelo y poder expiar sus tormentos. En ese fatídico año, estaba en guerra con el conde de Champaña. A 140 km del este de París, había un castillo que las tropas del rey de Francia habían tomado. Tras la lucha le prendieron fuego. Las llamas, sin control, se extendieron a una iglesia vecina, donde se habían refugiado los civiles que huían de la bestia de la guerra. En cambio, se encontraron con la muerte y la desolación. No era su intención, pero Luis tuvo que soportar la carga de ver los cuerpos de 1300 personas inocentes totalmente calcinadas.

Parece ser que esa fue la verdadera razón por la que emprendió su cruzada.


Bibliografía consultada:

-La formación de Francia, de Isaac Asimov.
-Desastre en Damasco, de David Nicolle.
-Wikipedia.