Buceando en la leyenda

Buceando en la leyenda

miércoles, 25 de septiembre de 2013

¿Que vikingo descubrió América?

Hay mucha gente que piensa aún que fue Cristóbal Colón el europeo que pisó por primera vez el continente americano. Sí, es cierto que su empresa fue la que fructificó en el sentido de que a partir de su intervención, la colonización de América empezó a cuajar hasta sus últimas consecuencias. La expedición española cambió la faz de aquellas tierras, para bien y para mal, y las introdujo en los circuitos comerciales y culturales en relación con el resto del mundo conocido.

Hay muchas teorías al respecto de que si fueron los chinos, los polinesios, los irlandeses... los que descubrieron América antes de Colón. Peros son solo eso, teorías sin confirmar. En cambio, si se sabe a ciencia cierta de que hubo una serie de expediciones llevadas a cabo por los vikingos con éxito que les llevó a descubrir y colonizar ciertas zonas de Norteamérica. Las pruebas arqueológicas que lo atestiguan son contundentes. Así, en 1960 un matrimonio noruego (Helge Ingstad él, y Anne Stine ella) descubrió, en un paraje llamado L'Anse aux Meadows, en la isla de Terranova en Canadá, lo que hoy es considerado el primer asentamiento europeo en el continente americano. Las pruebas arqueológicas fueron sometidas a un análisis de carbono-14 que dieron como resultado que la colonia fue fundada hacia al año 1000 d.C., coincidiendo con los relatos de las sagas escandinavas.



El primer asentamiento vikingo reconstruido en la actualidad, que se halla en la isla de Terranova.
 
 
El jefe de la expedición vikinga que descubrió América, siempre según los relatos escandinavos llamadas sagas (que alternan leyendas con hechos históricos), fue Leif Eriksson. Éste era hijo de otro famoso descubridor llamado Erik el Rojo, que inició la colonización de Groenlandia, y de aquí fue de donde partió la expedición de su hijo Leif hacia América. Acompañado de 35 hombres, en su viaje fue descubriendo Baffin, Labrador y Terranova. Aquí fundó la colonia que ha llegado hasta nuestros días. El territorio era muy fértil, con abundancia de caza y pesca. Regresaron a Groenlandia con el barco cargado de madera y uvas (más bien unas bayas silvestres).
 
Hubo, al menos, otros cuatro viajes más. No se sabe la razón por la que la colonización vikinga a América no fructificara. El terreno y el clima eran mucho más benignos que los de Groenlandia, por ejemplo. Una de las razones puede ser la hostilidad de los indios que mataron, incluso, a un hermano de Leif en otra expedición.
 
Hoy día, Leif Eriksson es considerado el que descubrió América antes que Colón. En Reykjavik (Islandia) hay una estatua en honor al descubridor donada por el gobierno estadounidense por haber sido el primer europeo en llegar a tierras americanas.
 
 
 
Estatua de Leif Eriksson en la capital de Islandia.



Como ocurre muchas veces, hay muchos héroes anónimos que se caen de las páginas de los libros de historia. En este caso, el agraviado es Bjarni Herjólfssoon. Quince años antes de que Leif llegara a Terranova, Bjarni partió en busca de su padre que fue uno de los primeros colonos groenlandeses. Se perdió en su viaje hacia el oeste, y llegó a unas tierras que no se correspondían a las descripciones que le habían dado sobre la costa de Groenlandia. Él vio bosques y tierra llana en vez de glaciares. No desembarcó en aquella tierra desconocida y volvió a Groenlandia para reunirse con su padre, que era su objetivo. Cuando llegó les contó el relato de su viaje a los habitantes del lugar. Leif Eriksson también se enteró de aquellas noticias antes de partir al descubrimiento de América.

Bjarni Herjóllfsson fue realmente el primer europeo que descubrió América. Fue sin duda el primero que la vio, pero a él no le han hecho ninguna estatua, ni nadie se acuerda de su nombre. Por eso mismo, le dedico esta entrada en mi blog, ya que es un auténtico héroe a la sombra.



viernes, 20 de septiembre de 2013

El padre de Aníbal: Amílcar Barca.

No se sabe el año exacto de su nacimiento, pero Amílcar vino al mundo hacia el año 275 a. C., aproximadamente. De estirpe aristocrática, fue el fundador de una de las dinastías más famosas y poderosas de la Antigüedad, los Bárcidas. Más que por sus méritos, de sobra reconocidos por los historiadores clásicos, fue famoso por ser el padre de Aníbal, Asdrúbal y Hannón, los generales que pondrían a Roma al borde del colapso militar en el transcurso de la segunda guerra púnica. Pero sería, sin duda, la sombra de Aníbal, uno de los líderes militares más sobresalientes de la Historia Universal, la que eclipsaría la enorme figura de Amílcar Barca. A continuación, intentaré hacer un poco de justicia exponiendo la vida y hazañas del padre de Aníbal.


 
 
 
 
Amílcar llegó a Sicilia en el año 247, durante las últimas fases de la primera guerra púnica. Ya era tarde para cambiar el curso de la guerra, y los romanos estaban ganando las batallas, tanto las marítimas como las terrestres. Teniendo el mando de un ejército terrestre, el cartaginés no buscó el enfrentamiento directo con las disciplinadas legiones romanas. En vez de eso, mantuvo en jaque al enemigo con una táctica de guerra de guerrillas y veloces golpes de mano. No logró ninguna victoria decisiva, pero mantuvo el ejército intacto (no se le podía pedir mucho más dado esas circunstancias tan adversas). Si a ello le añadimos que a su ejército de mercenarios, con hombres de muy diversas procedencias, le pudo dirigir con disciplina y devoción, asunto muy difícil de llevar a cabo por cualquier general, y que es considerado Amílcar como el mejor general de la guerra por todos los historiadores antiguos, vemos que el balance general es muy sobresaliente para el padre de Aníbal. Diodoro escribió lo siguiente acerca de su persona:
 
"Incluso antes de que llegara a ser general, la nobleza del espíritu de Amílcar era manifiesta y, cuando él tomó el mando se mostró así mismo digno de su patria por su ardor por la gloria y su desprecio al peligro. Tenía fama de ser un hombre de excepcional inteligencia y como eclipsaba a todos sus conciudadanos, tanto atrevimiento como en las armas, él era verdaderamente (...). Tanto un magnífico líder como un bravo guerrero."
 
Aunque Amílcar, que fue el líder que negoció el tratado de rendición con los romanos, consiguió unas condiciones de rendición muy benévolas de paz, el Senado romano las modificó haciéndolas muy gravosas a los perdedores: Cartago debía pagar 220 talentos al año. Hay que tener en cuenta que 165 talentos equivalían a 4 toneladas de plata. Por poner un ejemplo para haceros una idea de lo que significaba esa cantidad, en aquella época, el estado de Macedonia, que era un país importante, ingresaba 200 talentos al año. Las condiciones abusivas a las que fueron sometidos los cartagineses tras su derrota en la primera guerra púnica recuerdan a las que sufrió Alemania tras la primera guerra mundial. Y las consecuencias de ellas fueron similares: más guerra.
 
 
 
Mapa de la primera guerra púnica al inicio. El escenario principal de la contienda terrestre fue Sicilia, que era dominada en gran parte por los Cartagineses. Al final del conflicto, su dominio pasó a manos de la república romana.
 
 
Al finalizar la guerra, a los cartagineses se les ocasionó un grave problema: tenían que pagarles los sueldos a miles de soldados mercenarios que habían luchado en sus filas. El caso es que las arcas estaban exhaustas y, además, había que saldar las deudas con Roma. El gobierno cartaginés envió a Giscón a negociar con la masa de mercenarios que se encontraba reunida en suelo púnico tratando de recuperar lo que les pertenecía y que tan caro les había costado. Entre sus filas, surgieron dos líderes, el libio Matho y el campano Spendios, que no eran muy propicios a una solución pacífica del conflicto. La negociación salió mal, y los mercenarios se levantaron en armas contra el gobierno de Cartago. Se inició, así, una guerra que duraría más de tres años, y que alcanzó una cotas de crueldad superiores a la media de las de las guerras de la Antigüedad, que ya de por sí eran elevadas. Fue una guerra tan despiadada que se le bautizó como de la guerra inexpiable (que viene a significar, más o menos, la guerra de actos imperdonables). Aunque, es mejor conocida como la "guerra de los mercenarios".
 
En un principio, es nombrado Hannón el Grande como general púnico, y a Spendios y Mathos como generales de los sublevados. Como el primero fracasó en la ciudad de Útica, el mando fue cedido a Amílcar Barca, que venció a Spendios en la batalla de Mácara o del río Bagradas, aprovechando el conocimiento del terreno (la guerra se libraba en el mismo suelo de su patria contra mercenarios procedentes de muy diversos lugares). El padre de Aníbal demostró que podía vencer lo mismo en una batalla campal, que en una acción de guerrillas (recuérdese la primera guerra púnica), usando infantería, caballería, elefantes... Además, siempre acudía a la llamada cuando su patria estaba en peligro.
 
La situación para los cartagineses no era muy halagüeña. En Cerdeña se habían rebelado los mercenarios también, matando al jefe púnico de la tropa. En suelo africano, las pocas plazas leales estaban cercadas por los rebeldes. El único consuelo que tuvo Amílcar fue que el jefe númida Naravas se pasara a su bando.
 
Un rasgo de la inteligencia de Amílcar era que una vez que se rendía el enemigo, era generoso y dejaba a los vencidos la opción de marchar libres o unirse a sus huestes. En cambio, los generales mercenarios fueron tan crueles que asesinaron de forma espantosa hasta 700 cartagineses en un sólo día. Entre ellos se encontraba Giscón, el que fue a negociar con ellos antes de que estallara la guerra. Según nos cuenta Polibio:
 
"Tras amputarles las manos, les seccionaron la nariz y las orejas a aquellos desgraciados, los castraron, les quebraron las piernas y los arrojaron, vivos aún, a una fosa".
 
 
 
Los elefantes de guerra eran un arma típica de los cartagineses. Además, podían servir para otros propósitos como el de ejecutar prisioneros de guerra.
 
 
Después de aquella masacre, los generales Hannón el Grande y Amílcar Barca unieron sus fuerzas. También, se tomó la determinación de que cualquier prisionero tomado al enemigo fuera aplastado por los elefantes o echado a las fieras. A partir de este momento fue cuando la guerra entró en una fase de extrema crueldad.
 
Se hace la situación tan desesperada para los cartagineses que hasta los mercenarios se atreven a asediar la capital, Cartago. Los romanos y los siracusanos se mantuvieron a la expectativa, pero le hicieron algún guiño de apoyo a los púnicos, porque no les interesaba alterar el equilibrio de poder. Amílcar dio un vuelco a la situación e hizo que los mercenarios levantaran el sitio a Cartago. Después, logró encerrar un gran ejército de 50.000 soldados en un lugar conocido como "La Sierra". En un gran desfiladero, los mercenarios, que triplicaban las fuerzas púnicas, fueron inmovilizados durante un largo periodo de tiempo, ya que las salidas estaban selladas con fosos y trincheras. Los soldados de Amílcar sólo tenían que esperar, mientras que a los enemigos se le acababan las provisiones. Cuando el hambre se hizo insoportable, recurrieron al canibalismo. Hubo un intento de negociación, pero el general cartaginés pedía la cabeza de los líderes mercenarios (Spendios, Autárito y Zarzas), a cambio de dejar libre al resto de hombres, pero fracasó. Entonces, los elefantes entraron en el estrecho paso arrollando a todo ser vivo que encontraran, como si fueran auténticas apisonadoras, dejando el suelo cubierto de más de 40.000 cadáveres.
 
Se había logrado una gran victoria, pero la guerra continuaba. Dos ejércitos cartagineses (uno bajo el mando de Amílcar, y el otro a las órdenes de un tal Aníbal) se dirigieron a Túnez, donde se encontraba el único general mercenario vivo, Matho, y la pusieron bajo asedio. Aníbal ordenó crucificar a los líderes capturados en la anterior batalla a la vista de los asediados. Cuando Matho vió como agonizaba hasta morir a su compañero de revuelta, Spendios, decidió cumplir su propia venganza. En un rápido movimiento, atacó el campamento de Aníbal (no confundir con el hijo de Amílcar) y le capturó vivo. Entonces, lo llevó ante la cruz de su amigo, que estaba muerto, y le bajó. En su lugar, crucificó al cartaginés. Al resto de los líderes púnicos los degolló a los pies del crucificado. La crueldad era la moneda de pago en aquella guerra.
 
Ante ese nuevo desastre, los líderes cartagineses tomaron la determinación de aunar todas las fuerzas y apostar por un enfrentamiento definitivo para acabar con un conflicto que casi acaba con el estado. Se buscó una batalla campal contra todo el ejército mercenario de Matho. Aunque no se conocen muchos datos de la misma, si se sabe que resultó una victoria aplastante de Amílcar. Como colofón a tan dramática guerra, el líder rebelde, que había caído prisionero en último combate, fue exhibido públicamente por las calles de Cartago. Fue torturado, y finalmente ejecutado. Así acabó la guerra para Cartago, que tuvo que ceder Cerdeña y Córcega a Roma.
 
 
Fotograma de la película "Espartaco", de Stanley Kubrick. Durante la "guerra de los mercenarios" se dieron diversos episodios de crucifixión, que no era un método de ejecución usado exclusivamente por los romanos, como se puede llegar a creer.
 
 
La contribución a la victoria por parte de Amílcar en dicha guerra, vital para la supervivencia de Cartago, queda puesta de manifiesto. Como los púnicos iban a comenzar a tomar posiciones en la península Ibérica, no había mejor hombre para dirigir las tropas. En el año 237, acompañado de su yerno Asdrúbal el Bello y de su hijo de 9 años Aníbal, Almícar desembarcó en Gadir (Cádiz). El objetivo era tomar el control de las ricas minas de sierra Morena. Con el dinero que se obtendría se podría pagar a Roma los gastos de guerra. Pero los habitantes del sur de España, los íberos, poseían grandes guerreros que no le pondrían las cosas fáciles al cartaginés.
 
Amílcar se tuvo que enfrentar a las tribus íberas de los turdetanos y de los oretanos, que además tenían entre sus filas a mercenarios celtíberos. Cuando Amílcar los vencía, les daba la sabia opción de engrosar sus propias fuerzas armadas. En una batalla logró vencer a un ejército de 50.000 hombres al mando de Indortes. Al caudillo celtíbero, le sacaron los ojos, le torturaron y le crucificaron. Sus hombres pudieron regresar a sus hogares. De esta manera, se logró la sumisión de muchas ciudades íberas.
 
Hacia el año 235, Amílcar fundó Akra Leuké, que se convertiría en su base de operaciones y en su cuartel de invierno. Durante el invierno del 229-228, partió de su base, dejando el grueso de su ejército y a sus elefantes, hacia la ciudad oretana de Heliké. Mientras sitiaba la ciudad, el rey de los oretanos acudió en ayuda de sus habitantes. Del resto sólo podemos especular. Los diversos autores antiguos difieren sobre la muerte de Amílcar Barca. No se sabe si murió ahogado en un río o murió combatiendo, lo que si parece es que falleció con valor.
 
 
 
Amílcar Barca murió luchando contra los soldados íberos. Parece ser que en la "guerra de los mercenarios", hubo de estos soldados combatiendo en las filas de los enemigos de Cartago.
 
 
Como otras tantas veces en la que un gran general muere de forma prematura, no sabemos hasta donde hubieran podido llegar sus conquistas. Lo que si conocemos, es la hazaña que llevó a cabo su hijo, Aníbal, en su lucha con los romanos.
 
Bibliografía:
 
-"Cartago contra Roma", de M.A. Mira Guardiola.
-"Historia Universal. Edad Antigua. Roma", de Julio Mangas.
-Wikipedia.
 

 
 
 

 
 
 


sábado, 14 de septiembre de 2013

¿Que antepasado de Juan Carlos I murió luchando contra los vikingos?

Juan Carlos I es el actual rey de España. Fue proclamado en 1975, tras la muerte del dictador Franco. Al ser perteneciente a la dinastía Borbón, sus ancestros se remontan hasta el primer rey de esa dinastía en España, que fue Felipe V.


El rey Juan Carlos I de España.
 
 
 
Felipe V era nieto del gran rey francés Luis XIV, el rey sol. Éste era, igualmente, de la dinastía Borbón, que había sucedido a la Valois en el siglo XVI en el trono de Francia. Igualmente, los Valois habían sustituido a los Capeto. Tanto la dinastía de los Valois como la de los Borbón, realmente eran líneas de las de los Capeto, por lo que ha habido una continuidad genética desde que se sentó en el trono francés Hugo Capeto.
 
 
 
Hugo Capeto.



Hugo Capeto era hijo del duque de París, Hugo el Grande. Éste, a su vez era sobrino de Eudes I que combatió a los vikingos, de forma valerosa, durante el gran asedio de París de los años 885-6. Tan destacada fue su defensa, y tan desastrosa la acción del rey francés Carlos III el Gordo, que fue proclamado rey entre los años 888-898, por lo que fue, verdaderamente, el primer rey Capeto de Francia. Pero, no hubo continuidad dinástica, porque le sucedió un rey carolingio. Sólo, cuando subió al trono Hugo Capeto, y asoció al mismo a su primogénito sentando las bases de su sucesión, es cuando hubo esa continuidad y estabilidad dinástica.

Eudes I, el héroe que había salvado París de las hordas vikingas, y que es antepasado del actual rey de España, Juan Carlos I de Borbón, por lo tanto no murió combatiendo a aquellos, y no es el personaje que buscamos (el título de la entrada de este post es "¿que antepasado de... murió luchando contra los vikingos?).


"El conde Eudes defiende París contra los vikingos", cuadro de Jean-Pierre Franque (1837).
 
 

Fue el padre de Eudes, un tal Roberto el Fuerte, el que murió combatiendo contra un ejército vikingo que estaba al mando de uno de los hijos de Ragnar Lothbrok, Hastein. Éste, previamente se había unido al ejército de Salomón I de Bretaña y, durante batalla de Brissarthe (866), el valiente Roberto fue muerto, mientras sus tropas asediaban una iglesia donde se habían refugiado las tropas enemigas. En cuanto murió, sus tropas se desbandaron y la batalla fue perdida.

jueves, 12 de septiembre de 2013

El "Che": dos visiones.

Uno de los mitos del siglo XX es sin duda el de Ernesto Guevara, más conocido como "Che". Admirado por unos y vilipendiado por otros, el argentino se ha convertido en una auténtica leyenda, cuya sombra no deja de crecer. A diferencia de los héroes antiguos o, incluso, de épocas posteriores, la documentación sobre la vida y hechos del Che es muy amplia y es posible aproximarse un poco mejor a la realidad sobre una persona, que se esconde tras las capas de la leyenda.


Foto de Che Guevara.


LA VISIÓN HEROICA. Ernesto Guevara nació en 1928 en Rosario, Argentina, en el seno de una familia de clase media-alta. Podría haber vivido el resto de sus días de una forma placentera y acomodada en su tierra natal, pero en vez de eso se convirtió en un revolucionario que quiso sembrar la semilla del comunismo en todos los países que pudo, porque pensaba que era la manera de sacar de la pobreza a los más desfavorecidos de todo el mundo. Tanto entonces como hoy, muchos ven en su causa la lucha contra la injusticia social.

En 1956, un grupo de 82 guerrilleros, del movimiento "26 de julio", embarcados en un yate (Granma) ponen rumbo, desde Méjico, hacia Cuba. Tienen intención de derrocar al presidente golpista Fulgencio Batista. La misión está integrada por Fidel Castro (el jefe), Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, Juan Almeida y Che Guevara, entre otros. A los pocos días del desembarco, este pequeño destacamento fue emboscado, siendo la mayoría de ellos muertos en combate o ejecutados. Solamente, unos 20 hombres pudieron huir y se refugiaron en Sierra Maestra. Entre ellos se encontraba el Che.

El pequeño grupo se hizo fuerte y empezó a crecer reclutando a campesinos de la zona. Che Guevara hacía las funciones de médico y, además, luchaba con sus compañeros de armas en los combates con el ejército gubernamental. Se dice que curó con el mismo énfasis a sus amigos y enemigos. Fue aquí donde la leyenda del Che se gestó. Poco a poco, la guerra la fueron ganando unos pocos cientos de guerrilleros, que luchaban contra un ejército de decenas de miles de soldados regulares, mejor armados y con aviación. La razón por la cual se puede explicar esta victoria, es que los soldados de Batista no luchaban con el mismo énfasis que los soldados rebeldes.


Che Guevara y Fidel Castro. Compañeros de armas.


La guerra acabó en 1959, siendo decisivo el ataque a Santa Clara llevado a cabo por el Che. Una vez que los rebeldes acabaron con el gobierno de Batista, empezaron a crear el suyo propio. Guevara participará en la reconstrucción del país. Es más, ocupará importantes cargos en la administración. Se dice, que renunció a su salario de ministro de industria. Era austero y trabajaba gratis algunas horas todas las semanas. Con sus misiones diplomáticas logró grandes éxitos en sus acercamientos a los países comunistas. Una vez más, pudo escoger una vida acomodada, esta vez en Cuba, pero renunció a ella para embarcarse en su eterna lucha para sembrar las semillas de la revolución de los trabajadores en otros países.

Ernesto lo intentó en varios países de América Latina, pero fracasó. Después, marchó al Congo para intentar hacer lo mismo en África, pero falló igualmente. En 1966 llegó a Bolivia con unos pocos compañeros para intentar repetir la hazaña de Cuba. Estuvo unos meses en el país, hasta que fue capturado por las tropas bolivianas. Parece ser que pudo escapar del cerco, pero prefirió quedarse a luchar contra las tropas regulares, mientras que sus compañeros heridos pudieron escapar. En 1967, fue ejecutado por orden directa del presidente de Bolivia. No se sabe muy bien la implicación de Estados Unidos en su muerte, pero un agente de la CIA se entrevistó con Che antes de que lo mataran.


Che prisionero antes de su ejecución.
 
 
 
EL LADO OSCURO. Hay muchos testimonios que hablan de forma negativa acerca de Che Guevara. Se dice que fue una persona despiadada que no tuvo ningún reparo en ejecutar a algunos prisioneros enemigos e, incluso, a alguno de su grupo de Sierra Maestra cuando se supo que habían cometido traición. Cuando acabó la guerra, estuvo a cargo de los fusilamientos de los miembros del antiguo régimen. Se le ha acusado también, de comportamiento racistas incluso, a sus propios compañeros. También se la ha achacado falta de higiene y de fracasar en la mayoría de las empresas en las que participó. Parece ser que Fidel Castro comentó alguna vez lo mal médico que era. Muchos han dicho de él que era un caprichoso niño rico. Lo que se está claramente documentado en un discurso ante la ONU es su opinión acerca de los fusilamientos que se produjeron cuando los guerrilleros tomaron el poder:
 
Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado; fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte. Nosotros sabemos cuál sería el resultado de una batalla perdida y también tienen que saber los gusanos cuál es el resultado de la batalla perdida hoy en Cuba.
 
El objetivo de esta entrada, e incluso de mi blog en general, no es vilipendiar ni encumbrar a nadie. Sólo quiero aportar datos. Debajo de la piel de cada persona hay grandezas y bajezas; errores y aciertos. El caso de Che Guevara es muy paradigmático. Hay muchos, que sin saber casi nada acerca de su persona, llevan camisetas con su imagen (fue un icono en el siglo XX, y todavía lo es). Hay otros que lo llaman asesino, sin tener en cuenta lo fácil que es llamar a alguien así que tiene un fusil en la mano y lucha en una guerra.
 


sábado, 7 de septiembre de 2013

¿Existió alguien apodado la "araña"?

Si sois aficionados a la serie de novelas "Canción de Fuego y Hielo", conoceréis sin duda al personaje llamado Varys, apodado la araña. Su cargo era el de "Consejero de los Rumores", cuya función era mantener informado al rey de los siete reinos de cualquier noticia importante que se produjera en cualquier rincón del reino, gracias a la información obtenida por una amplia red de espías que estaban a su cargo (pajaritos, como él los llamaba). Esa red de espionaje era tejida, por tanto, por la araña, y de ahí viene el apodo. Su mérito procede de esa capacidad de crear esa masa amplia y eficaz de informadores, un talento que desarrolló obligado por la necesidad que tuvo desde la infancia para salir de la enorme pobreza en la que vivió, y que le ayudó a prosperar hasta convertirse en uno de los hombres de confianza de los reyes que gobernaban desde la corte de Desembarco del Rey.

Varys, que es partidario de un gobierno pacífico y estable, es descrito como un eunuco (fue castrado en la infancia en una especie de ritual mágico) regordete y afeminado. Muchos (como el enano Tyrion, por ejemplo) lo consideran poco de fiar.

¿Existió alguien en la Historia apodado "la araña"?




Efectivamente, el rey Luis XI es conocido como la "araña universal". Fue hijo del rey de Francia Carlos VII (el que fue coronado gracias a la ayuda inestimable de Juana de Arco), y nació en 1423. Siendo muy joven se comportó como un hijo desobediente y revoltoso hacia su padre. Llegó a unirse a otros nobles que se alzaron en armas contra su regio padre (la revuelta de la Praguerie). En 1446 fue expulsado de la corte por conspirar contra el favorito de su padre. Cuando el rey reunía un ejército para marchar en campaña contra su hijo, se llegó a una tregua entre ambos para no iniciar las hostilidades. En vez de dejar las cosas así, el delfín (el futuro Luis XI) inició una campaña de calumnias en contra del rey, en las que le acusaba de disoluto (es una muestra más de su innato carácter maquinador). Carlos VII pensó que no debía aguantar más y le expulsa finalmente del reino; el rey sabía que cuando muriera le sucedería en el trono de todas formas.

Desde 1456 a 1461, Luis vive en Borgoña y, según parece, fue allí donde le pusieron el apodo de "la araña", por su capacidad de tejer conspiraciones e intrigas contra sus enemigos. El 15 de agosto de 1461 fue coronado como rey de Francia, tras morir su padre. Su reinado se caracterizó por una lucha constante con los grandes nobles, a los que venció en batalla pero, también, con sus habilidades maquinadoras, gracias a lo cual pudo lograr un reino fuerte y unido, con unas fronteras que no se alejan demasiado a las actuales de la república francesa.

Para lograr consolidar el poder de la monarquía se sirvió, cuando era necesario, de cualquier instrumento que le resultara útil, así fuera la corrupción, diplomacia, intrigas, traición y la guerra. Cuando estaba enfermo en su lecho y veía la muerte próxima, se enteró de la capacidad milagrosa de san Francisco de Paula. Luis le pidió al santo que lo visitara para que obrara algún milagro que le sanara. Como se negó, el rey encontró una solución (siempre fiel a su estilo): le instó al papa Sixto IV para que obligara a san Francisco a que acudiera a visitar al rey, sabiendo que el santo no podría negarse ante una orden del papa de Roma. De san Francisco no pudo obtener la salud, pero si que consiguió de él un consejero para su hijo cuando fuera rey.




El 30 de agosto de 1483 murió el rey Luis XI, también conocido como la "araña universal".


miércoles, 4 de septiembre de 2013

¿Existió Balián? ("El reino de los Cielos").

En la película de 2005 (Ridley Scott) "El reino de los Cielos", un grupo de cruzados, encabezados por Godofredo de Íbelin (Liam Neeson), llega a una aldea de Francia en busca de un joven herrero que acaba de quedar viudo, llamado Balián (Orlando Bloom), para decirle que es hijo suyo y para que lo acompañe a Tierra Santa. En un principio, Balián se niega a partir del pueblo pero, por diversos avatares, acaba matando al sacerdote de la localidad por lo que decide acompañar al grupo de cruzados. Ya muerto su padre por el camino, llega a Jerusalén donde descubre unos reinos cristianos en inminente peligro de caer bajo el dominio musulmán y a una corrupción generalizada que afectaba a lo más profundo del gobierno de aquellos estados cristianos. ¿Existió realmente Balián de Íbelin, o es fruto de la imaginación de algún guionista cinematográfico?


El actor Orlando Bloom interpretando a Balián de Íbelin.
 
 
El verdadero Balián, señor de Ramla, procedía de una familia asentada en el reino latino de Jerusalén. Sus orígenes eran humildes (parece que su padre era de origen italiano) y habían formado parte de la nueva aristocracia surgida de entre las filas de los caballeros que forjaron el reino. Aquí encontramos una de las diferencias fundamentales entre el personaje del film y el histórico: el auténtico Balián vivió toda su vida en tierra cruzadas y no fue un adulto recién llegado a aquel lugar. Se empapó desde muy niño de los problemas que les acuciaban a los cristianos de la época. Sabía perfectamente que la situación era muy delicada y que había pocas probabilidades de que los reinos occidentales sobrevivieran en aquel mar rodeado de enemigos islámicos. Por eso, pensó, como muchos nobles de allí, que la mejor opción era la negociación y la paz, y no la guerra (a ver si algún dirigente toma nota de ello).
 
 
Sello de Balián de Íbelin.
 
 
En la década de 1180-1190, Balián era uno de los barones locales más respetados y disfrutaba de una autoridad semiindependiente en el sur de Palestina. Balián, que se había ganado la confianza de todos, actuó como intermediario entre los nobles cristianos. También era conocido entre los musulmanes como negociador, y el propio Saladino le consideraba su amigo.
 
 
El actor sirio Ghassam Massoud interpretando a Saladino en la película.
 
 
Fue un cristiano devoto y un resuelto defensor del reino. Además de ser un buen diplomático, también fue un gran guerrero que participó en varias batallas. Así, estuvo al mando de la retaguardia cristiana en la batalla de Hattin (1187), que significó la debacle de los ejércitos cristianos, y que tan bien es representada en el film de Ridley Scott. Balián fue uno de los pocos líderes cristianos que logró huir de aquella carnicería. Según la película, el protagonista no luchó en ese combate decisivo.
 
Después de tomar importantes plazas, Saladino llegó a Jerusalén el 20 de septiembre de aquel año. El patriarca Heraclio se hallaba al frente de la ciudad, pero no era militar. Entonces llegó Íbelin, con un salvoconducto para recoger a su familia e irse con ella. Pero al llegar a la Ciudad Santa recibió fuertes presiones para que se pusiera al frente de la defensa. Heraclio le liberó de la promesa que le había hecho a Saladino: Balián le escribió al sultán explicándole que no le quedaba más remedio que luchar. En contra de lo que se pueda suponer, Saladino lo aceptó y dejó que su mujer e hijos dejaran en paz la ciudad. La lucha fue terrible. Hubo cientos de bajas en ambos bandos bajo un sol abrasador. Los musulmanes instalaron 40 mangoneles para lanzar piedras y nafta.
 
 


Los musulmanes, además, hicieron un túnel de 30 metros. Al final consiguieron hacer una brecha en las murallas. La situación era desesperada. Balián, incluso, había nombrado a muchos caballeros y, el 30 de septiembre se dirigió al campamento de Saladino, para negociar la rendición de una ciudad que estaba prácticamente perdida. Al principio se le había denegado la audiencia por dos veces, pero volvió al día siguiente.  Balián fue breve pero implacable: amenazó con ejecutar a miles de prisioneros musulmanes, destruir sus tesoros, la Cúpula de la Roca y la mezquita de al-Aqsa (dos de los monumentos más sagrados del islam). Saladino cedió y se acordó una rendición pacífica a cambio de un rescate de miles de besantes. Los cristianos no latinos podían quedarse en la ciudad, pero los cruzados tendrían que abandonarla. De esta manera se evitó una carnicería, como la que se produjo en 1099 cuando los cristianos entraron a sangre y fuego durante la toma de Jerusalén.


Balián vivió algunos años más e, incluso, luchó en tiempos de Ricardo Corazón de León, muriendo en la tierra en que nació y creció siendo todavía cristiana, aunque no quedaban muchos años para que los reinos latinos acabaran siendo absorbidos por el islam.



Fuente principal: "La victoria de Saladino", de David Nicolle.
 
 
 







lunes, 2 de septiembre de 2013

1.000 visitas. Muchas gracias!!!

Aprovecho esta entrada para agradecer a todos los que habéis visitado este blog durante estos tres meses de vida. Son personas de muchos países las que han leído alguna vez algún post de "Buceando en la leyenda": España, Estados Unidos, Rusia, Alemania, Países Bajos, Méjico, Chile, Argentina, Colombia, Francia, Venezuela, Perú, Reino Unido, El Salvador, Irlanda, Panamá, Costa Rica, Argelia, Ucrania, Brasil, Portugal, Italia, Egipto, Indonesia, Ecuador, India, Canadá, Serbia, Polonia, Japón...

Mi especial gratitud a los que me habéis seguido fielmente casi desde el principio (ya sabéis quiénes sois).

Sin vosotros, los que leéis las palabras que escribe este adicto a la historia, que es un servidor, no sería posible este pequeño blog. Así que una vez más, gracias. Y una promesa que espero cumplir, seguir aquí mientras halla alguien al otro lado.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Los hijos de Ragnar Lothbrok (y II): Ivar, Halfdan y Hubba.

En el año 865 una "gran flota de paganos" llegada del Continente, invernó en East Anglia. Esta vez, los vikingos habían llegado a Inglaterra para quedarse...

La época de los ataques rápidos y crueles, y huidas igualmente veloces, como la incursión al monasterio de Lindisfarne del 793, había tocado a su fin. Los vikingos se sentían fuertes para intentar someter los reinos anglosajones asentados en las islas británicas. La "gran flota" llegada en el 865 incluía entre sus líderes a varios hijos del célebre Ragnar Lothbrok, considerado en Escandinavia un compendio de las virtudes del auténtico vikingo. Los hijos en cuestión eran Ivar el Sin Hueso (que tenía fama de ser un gran guerrero Berseker), Halfdan y Ubba. Según la Saga de Ragnar, el ataque se hizo meramente para vengar la muerte de su padre a manos del rey Aella de Northumbria.




Los hijos de Ragnar atacaron y tomaron York a finales del 867, y al año siguiente capturaron y ejecutaron ritualmente a Aella, tras lo cual ocuparon gran parte de Northumbria y de Mercia oriental (868).

En el año 869, Ivar regresó a East Anglia y derrotó y capturó al rey Edmundo, que fue ejecutado como Aella (le aplicaron la tortura del "águila sangrante"). Pero hay otra versión acerca de su muerte. Según parece, Edmundo no quiso renunciar a su fe cristiana, cosa que le hubiera salvado la vida (gracias a su sacrificio, posteriormente fue santificado por la iglesia cristiana), y fue llevado a un árbol donde fue atado, sirviendo de blanco a multitud de flechas lanzadas por los arqueros vikingos.






Ivar desaparece después de la historia (parece que se trasladó a Irlanda y conquistó allí Dublín, donde murió probablemente en el año 873). Halfdan se convirtió, así, en el principal líder del "gran ejército" vikingo que luchaba por hacerse con el control de los reinos anglosajones. En el año 871 sufrió una gran derrota a manos de un tal Alfredo (posteriormente conocido como Alfredo el Grande) de Wessex en la batalla de Ashdown. Éste no era rey aún, pero tomó el mando del ejército, mientras que su hermano, el monarca Etereldo I, estaba rezando en una iglesia.  Halfdan consiguió escapar. No así, otros seis importantes jefes vikingos, que irían al Valhalla al morir combatiendo (según las creencias vikingas). Halfdan, reforzado con más tropas, se vengó venciendo a Alfredo en la batalla de Wilton, en ese mismo año.

En el año 878, Halfdan desembarcó en un lugar de la costa de Wessex (el último reino sajón que ofrecía resistencia a los vikingos). El hijo de Ragnar, y cientos de sus hombres, murieron cuando se vieron sorprendidos por un repentino ataque a mano de un ejército sajón. Éstos se retiraron a una fortaleza llamada Cynwit. Otro ejército, al mando de Hubba, el único de los tres hermanos que quedaba con vida de los tres que desembarcaron en Inglaterra en 865, cercó a los ingleses, pensando que se rendirían al carecer de agua y alimentos. Pero, al caer la noche, atacaron de forma inesperada y vencieron. Hubba cayó muerto en el encuentro, y el estandarte del cuervo, que había sido tejido por sus hermanas (que serían hechizeras y le habrían imbuído de poderes mágicos; según parece Hubba era muy supersticioso), y que era de gran valor simbólico, fue capturado por los vencedores.




Ya conté en una entrada que a día de hoy no se sabe sí Ragnar Lothbrok fue una persona real. En cambio, sus supuestos hijos, Ivar, Halfdan, Hubba, Bjorn y Hastein si que lo fueron. No creo que los cinco fueran hermanos. Si no, que cinco hermanos más magníficos habrían sido (hubiera sido como si en los tiempos de hoy alguien tuviera cinco hijos y fueran todos grandes futbolistas de élite, por ejemplo). En cambio, si es posible que algunos de ellos si que hubieran tenido parentesco de sangre.

Fuente principal: "El azote del norte. Vikingos", de Ian Heath.