Buceando en la leyenda

Buceando en la leyenda

martes, 28 de octubre de 2014

¿Existió "el Chacal"?

En 1973 se estrenó la película "Chacal". Basada en una novela de intriga política de Frederick Forsyth, Chacal, cuenta la historia de un asesino británico de elegantes maneras contratado por la OAS (Organisation de L'Armeé Secrète, grupo terrorista) francesa para matar al general Charles de Gaulle, presidente de Francia. Sin nombre y sin rostro, el asesino, conocido por el nombre en clave de Chacal (interpretado por el actor Edward Fox), encara con frialdad su cita con una muerte que va a conmover al mundo. La tensión va creciendo mientras los metódicos preparativos de Chacal corren paralelos a los esfuerzos de la policía para destapar el complot.

El comienzo de la película es muy expeditivo, ya que se muestra un tiroteo por parte de los terroristas del OAS contra el coche de De Gaulle, que salva la vida por poco. Dicho atentado fue real: el 22 de agosto de 1962 el coche del presidente sufrió una emboscada, siendo planeada por el teniente coronel y destacado ingeniero Jean Marie Bastien-Thiry, que no era miembro de la organización terrorista. Bastien-Thiry fue ejecutado al año siguiente. No fue el único atentado que sufriría De Gaulle. Hubo muchos franceses rabiosos por que el gobierno dejara independizarse a Argelia (1962), ya que consideraban que pertenecía al mismo territorio de la nación.


Película inspirada en la novela de Frederick Forsyth.


Siguiendo el argumento del film, los dirigentes del OAS se dieron cuenta de que hacía falta alguien no perteneciente a la organización para que se hiciera cargo del macabro encargo, ya que los servicios secretos galos les pisaban los talones. Alguien sin nombre, solo con un apodo. Un auténtico lobo solitario, con innumerables recursos (hay escenas en las que se muestra su talento para seducir a hombres y mujeres por igual), sin escrúpulos (mata sin piedad cuando es necesario) y con un buen bagaje a sus espaldas. Ese asesino a sueldo implacable era Chacal. ¿Existió realmente?

En 1975 un tal Ilich Ramírez, llamado a sí mismo "Carlos" asesinaba a dos policías franceses y a un ciudadano libanés que le delató. Por ese crimen cumple hoy en día la pena de cadena perpetua en una cárcel de Francia. Carlos "trabajó" con terroristas palestinos, alemanes o solo. Ha sido un prolífico asesino, uno de los terroristas más buscados. Entre sus "hazañas" se encuentra el secuestro de 42 rehenes en una incursión a la sede oficial de la OPEP en Viena el 21 de diciembre de 1975, incluyendo a todos los ministros de petróleo de los países miembros. El periódico británico The Guardian le puso el sobrenombre de Chacal ya que entre sus pertenencias, la policía encontró en un registro la novela de Forsyth El día de el Chacal.


Fotografía del llamado Carlos el Chacal.


Esta es la única relación entre el personaje de la novela, totalmente inventado, por lo que Chacal nunca existió, solo es ficción, y uno de los más famosos terroristas de la historia.


Fuentes: Wikipedia y la película "El día del Chacal".

viernes, 24 de octubre de 2014

¿Encontraron los americanos armas químicas en el Irak de Sadam Husein?

El 11 de septiembre de 2.001 es una fecha que nunca se olvidará. Fue el día en que el mundo se detuvo y dio un vuelco. El terrorismo internacional dio su mayor zarpazo, e hizo una herida que nadie esperaba en absoluto, pues el miedo y el terror se introdujeron en la mentalidad colectiva del llamado Mundo Occidental. En aquel año gobernaba en los poderosos EEUU el presidente George Bush, que acabaría por llevar acabo dos ataques que provocaron dos largas y sangrientas guerras contra el yihadismo musulmán luchadas en Irak y Afganistán. La primera tuvo como excusa que el gobierno del dictador Sadam Husein estaba almacenando armas de destrucción masiva, entre las que se encontraban las de tipo químico. Con la perspectiva de hoy en día, tras pasar 13 años, la opinión generalizada considera que la intervención en el país del Tigris y el Éufrates fue un error que costó más de 4.000 vidas de jóvenes norteamericanos y que está basada en una mentira: en realidad no había armas de destrucción masiva en Iraq.

Una de las primeras operaciones llevadas a cabo fue la llamada "Martillo Vikingo", que dio comienzo el 21 de marzo de 2.003. Un equipo selecto de "boinas verdes" busco la colaboración, y la encontró a cambio de armas, de los peshmergas kurdos (los mismos que luchan hoy en día contra el temible Estado Islámico), para atacar una posición fuerte de un grupo terrorista denominado Ansar al-Islam, que tenía fuertes vínculos con al-Qaeda, la autora de los atentados del 11-S. El pueblo kurdo tenía sobradas razones para odiar al régimen de Sadam, no hay que olvidar que en 1.988 la aviación iraquí lanzó armas químicas contra la ciudad de Halabja, matando a 5.000 habitantes, entre los que se encontraban innumerables mujeres y niños. Además, tras la primera guerra del Golfo (1.990-91) los iraquíes aplastaron a sangre y fuego un conato de rebelión kurda en el norte del país.


Foto actual de una unidad de soldados femeninas kurdas. Los peshmerga fueron unos aliados muy valiosos para los americanos en la pasada guerra de Irak. Hoy en día son el principal freno del temible Estado Islámico.

El plan norteamericano era sencillo: los escasos soldados de élite guiarían a los cientos de soldados kurdos en sus ataques para desalojar a los terroristas de sus posiciones en la localidad de Sargat. Además, coordinarían las incursiones de los misiles y de la aviación. A primera hora del 21 de marzo una oleada de misiles Tomahawk cayeron sobre las posiciones de los Ansar al-Islam. Días después, los peshmerga avanzaron en el valle que les dirigía a las posiciones enemigas. Tras un avance inicial, los aliados fueron frenados por lo que fue solicitado un ataque aéreo, que sería llevado a cabo por F-18 de la US Navy. Tras recuperar la moral, los kurdos volvieron a la carga.

La resistencia de los ansar fue tenaz, ya que contaban con armas pesadas en forma de morteros y cañones, además de ametralladoras. Los comandos norteamericanos se vieron sorprendidos por el valor que desplegaron en el combate sus camaradas. Además, los boinas verdes contaban con numerosos recursos cuando se veía atascado el avance: en cierta ocasión se vieron obligados a actuar como francotiradores, extremadamente letales, contra las posiciones escondidas del enemigo.

Cuando se estaba luchando contra las últimas posiciones en la garganta de Daramar, los aliados se dieron cuenta de que había una gran cantidad de cuevas horadadas encajadas en rocosos muros que constituían una formidable defensa natural. Además, la cercanía de los soldados en combate hacía desaconsejable solicitar un ataque aéreo, ya que se ponían en peligro la vida de los kurdos amigos. Tras un ataque final a quemarropa, los defensores huyeron a la frontera iraní, siendo acosados en su retirada por los cañoneros AC-130.

Un equipo especialista llegó para documentar los hallazgos hechos en Sargat. El equipo recuperó rastros de diversos componentes químicos, incluido ricino, junto a uniformes NBQ, inyectores de atropina (utilizados para contrarrestar los efectos de la exposición de armas químicas) y manuales en árabe sobre armas químicas. Frente a 300 combatientes muertos enemigos, los kurdos tuvieron 22 bajas y los norteamericanos ninguna.

Si es cierto que equipo de investigación no mintió y que los hallazgos son reales, no se puede afirmar con rotundidad que en Iraq no había armas de destrucción masiva en el momento de la invasión. Aunque sean escasas, esto son pruebas suficientes para discernir que un grupo terrorista estaba en él camino de armarse con estas armas tan peligrosas y poder emplearlas con incalculables consecuencias.


Bibliografía: Delta Force, Seal y Sas en la guerra de Irak, de Leigh Neville.

martes, 14 de octubre de 2014

¿Quién salvó a los soldados norteamericanos en Mogadiscio?

En el año 1.993 tuvo lugar una batalla dramática entre soldados de élite norteamericanos, rangers y hombres de la Delta Force, y los milicianos somalíes. El día 3 de octubre, el alto mando recibió una información precisa y valiosa: dos hombres fuertes de Aidid se encontraban en una reunión en un edificio en el centro de la capital, Mogadiscio. Aquella ocasión no iban a dejarla escapar, ya que el objetivo era la de hacer el mayor daño posible a Aidid, el jefe del clan más poderoso, el que controlaba el destino del país.

Una fuerza de doce vehículos blindados y 160 soldados, de los mejor entrenados del mundo, se puso en marcha para hacer cumplir el objetivo. Además, 19 helicópteros llevarían más hombres al combate y apoyarían con su armamento a los soldados que se internarían en la ciudad. Les aguardaban miles de hombres, mujeres y niños armados para hacerles la vida imposible. El plan era sencillo, había que capturar a los dos líderes somalíes y huir a toda prisa de allí. Los americanos contaban con todo lo necesario: soldados muy bien preparados, unos medios de primera calidad y una información precisa, nada podía fallar..., o eso al menos pensaban.


Película de 2001 que narra los hechos de la batalla. Imprescindible.


Al principio todo iba sobre ruedas y el plan se fue cumpliendo en sus primeras fases. Tuvieron el contratiempo de que un soldado se resbaló a muchos metros del suelo cuando descendía de una cuerda atada a un helicóptero, al hacer la técnica conocida como rápel. Al encontrarse en un estado muy grave, el ranger fue evacuado a la base. En dicho viaje se produjo la primera baja mortal, ya que en ese momento los somalíes salían desde todos los sitios posibles y disparaban con sus ametralladoras a los americanos. La situación se volvió incontrolable cuando fue derribado un helicóptero Blak Hawk. A partir de entonces, la lucha se volvió desesperada en Mogadiscio.

Poco después fue derribado un segundo helicóptero por los milicianos somalíes, que acabaron con todos los hombres que defendían el aparato, incluidos dos soldados Delta que habían sido desembarcados allí para defender a la tripulación herida, menos el piloto del mismo Michael Durant, que se convertiría en el único prisionero americano de la batalla. Mientras, el convoy terrestre luchaba por salir de la ciudad con los prisioneros somalíes capturados, y una fuerza de soldados luchaba por su vida intentando reagruparse y marchando por las calles de la ciudad, que estaba infectada de hombres y mujeres que disparaban sin cesar a todo occidental que veían.

La luz del día se iban apagando, y lo que, en un principio, era una ataque breve, se acabó convirtiendo en una lucha desesperada de 99 soldados yanquis, muchos de ellos heridos, por salvar sus vidas. Mientras se organizaba un convoy de rescate, buscando la colaboración de blindados pakistaníes y malasios, los rangers y los delta seguían muriendo en las calles de la ciudad africana. Se refugiaron en unas casas para pasar la noche, esperando en vilo la llegada de los refuerzos que les iban a sacar de aquel lugar de pesadilla. Eran conscientes de que en cualquier momento los somalíes les podían atacar y aniquilarlos allí mismo, era cuestión de minutos; el convoy se retrasaba y no había indicios de que fueran a llegar en breve.


´
Única foto tomada el día en plena batalla de Mogadiscio.


La noche había caído en Mogadiscio y casi un centenar de hombres estaban esperando un ataque somalí que nunca llegó a producirse. ¿Qué pasó? ¿Quién salvó a los americanos esa noche?

Fueron los pilotos de los helicópteros Little Birds, que no dejaron de hacer pasadas de ametrallamiento en torno a las casas donde estaban escondidos sus compatriotas. Volando en plena noche y a una altura especialmente baja, arriesgando sus vidas constantemente, y contando con la única ayuda de unas luces que los rangers habían puesto marcando un perímetro de seguridad en torno a las viviendas en las se hallaban, aquellos pilotos de élite salvaron de una muerte segura a aquellos hombres heridos y agotados por el combate.

A la mañana siguiente (4 de octubre), se produjo el ansiado rescate por parte de una columna blindada que llevó a los hombres a un lugar seguro. La batalla de Mogadiscio acabó. Habían muerto 18 americanos en combate, una cifra terrible, y 73 fueron heridos. Las cifras por parte de los somalíes son desconocidas, pero fueron de muchos cientos de muertos. La misión se cumplió con éxito, aunque a un precio demasiado elevado. Las terribles imágenes de cadáveres de soldados mutilados y apaleados por la muchedumbre dieron la vuelta al mundo. Era demasiado para la población de EEUU, y el ejército se acabó retirando en tan sólo un mes, sin que hubieran acabado con el régimen de Mohamed Farrah Aidid, que se hizo con el poder de Somalia hasta su muerte.

Michael Durant, el piloto prisionero de Aidid, fue liberado y pudo volver a su patria con todos sus compañeros.


Documental sobre la verdadera historia de la jornada de Mogadiscio.

viernes, 10 de octubre de 2014

El campesino que derribó un helicóptero norteamericano.

En marzo de 2003, en pleno proceso de ocupación norteamericana en Iraq, saltó la noticia en todos los medios de comunicación a nivel mundial, de que un campesino iraquí, armado con un simple fusil AK-47, logró derribar a un helicóptero de ataque norteamericano apache. Al menos que yo sepa, la información no fue desmentida por las autoridades de la primera potencia mundial. No deja de ser paradójico que un señor que portaba un modesto fusil de unos 300 dólares, pudiera abatir a un aparato de lo más sofisticado, armado hasta los dientes con misiles, cohetes y ametralladoras, por hablar de la dotación de radares y sensores..., que cuesta casi 20 millones de dólares (eso la versión más barata).

www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/2003/03/24/1567858.shtml


El protagonista de esta historia disfrutando de su triunfo. Resulta sospechoso el ver que el helicóptero esté tranquilamente posado en el suelo, una posición no muy habitual en una aeronave que ha sido recientemente abatida.


Aunque no es fácil que un helicóptero sea abatido por simples armas portátiles, no es que sea algo fuera de lo común. En la batalla de Mogadiscio de 1.993, librada entre milicias somalíes y soldados de élite de EEUU, éstos sufrieron la pérdida de dos helicópteros Black Hawk a manos de guerrilleros armados de fusiles y lanzagranadas RPG-7, por la acción de éstas sobre todo; las RPG-7 son armas antitanque comunes, que no son filoguiadas ni teledirigidas. No hay que olvidar que los helicópteros tienen que realizar maniobras en las que suelen estar muy expuestos al fuego enemigo, como el de posar en el suelo o estar parados en vuelo.


Cartel de la película "Black Hawk" derribado.


Para finalizar el post, hablaré de una noticia que se dio en España en agosto de 1.989, muy relacionada con el derribo de helicópteros. En El Boalo (Madrid), la guardia civil detuvo a un pastor por el lanzamiento de una piedra a un helicóptero Bell UH-1D del Ejército de Tierra con Base en Colmenar Viejo. Parece ser que el hombre de campo, cansado de soportar los constantes viajes de dichas máquinas voladoras sobre su sufrida cabeza, le arrojó un canto a la primera de ellas que se cruzó en su camino ese día. Lo que no imaginaba, ni de la manera más remota, es que el impacto del objeto produciría el accidente de dicho helicóptero, hiriendo a los tres militares que hacían de tripulación. Os dejo el enlace de la noticia.

elpais.com/diario/1989/08/11/espana/618789604_850215.HTML

sábado, 4 de octubre de 2014

Como intentar rendir un castillo.

Los castillos medievales eran unas magníficas fortalezas de piedra muy difíciles de conquistar. Solamente, cuando los cañones hicieron acto de presencia en la escena de los enfrentamientos bélicos, se hicieron vulnerables. De los muchos asedios, que duraban meses e incluso años, realizados a esos baluartes en los siglos que duró la Edad Media (de hecho las grandes batallas fueron escasas), pocos fueron eficaces. La rendición por hambre o por traición, fueron métodos que pudieron tener algo de éxito. Hay que tener en cuenta que si un ejército acampaba durante un largo periodo en un sitio concreto, las bajas por enfermedad diezmaban de una manera brutal al número de soldados, por lo que la toma de una fortaleza solía ser demasiado costosa.

Por ejemplo, en el sitio de Harfleur, realizado en suelo francés por los ingleses en 1415, los atacantes sufrieron unas 4.000 bajas de un total de 10.000 hombres que iniciaron el asedio, y que duraría unas semanas. El ejército inglés fue terriblemente afectado por la disentería, ya que acamparon en un lugar lleno de brezales y pantanos; el agua que bebían era la misma que se usaba para echar los deshechos de la defecación. Además, las bacterias pasaban a los peces y a los moluscos, los cuales eras después consumidos. Posiblemente, casi todos los hombres cayeron enfermos.

Guzmán el Bueno, cuadro de Salvador Martínez Cubells.


Hay una leyenda española que cuenta como un noble leonés, Guzmán el Bueno (1256-1309), que defendía el castillo de Tarifa, se vio asediado por un ejército de cristianos y moros, al mando del infante Juan, hermano del rey Sancho IV de Castilla. Como los sitiadores tenían en su poder al hijo de Guzmán, le obligaron a decidir si rendía la plaza o ver morir a su hijo, si no accedía al chantaje. El bravo leonés les lanzó una daga con la que facilitarles el trabajo a los captores de su hijo, si lo que decidían finalmente era matar a su vástago, cosa que así hicieron. Como he dicho anteriormente, es una leyenda sin mucho fundamento histórico.

Un hecho similar ocurriría en Inglaterra unos años antes. El protagonista era el hijo de un noble al servicio de la emperatriz Matilde, durante la guerra civil que mantuvo contra Esteban I. John FitzGilbert, que es como se llamaba el caballero leal a Matilde, defendía el castillo de Newbury en 1152 cuando las tropas rivales asediaron la plaza. Como Esteban tenía en su poder a su hijo, le dio la opción de abrir las puertas a cambio de liberar al pequeño. Las palabras de FitzGilbert tras escuchar la macabra oferta fueron: "aún tengo el martillo y el yunque con los que forjar más y mejores hijos".


Guillermo el Mariscal derribando a un caballero en una justa.


Esteban se apiadó del muchacho y no cumplió su amenaza. Con el tiempo, aquel niño se convertiría en uno de los más grandes caballeros que haya existido nunca. Aficionado a los torneos, se dice que ganaría unos 500 combates. Sirvió a cuatro reyes, y llegaría a ser regente de Inglaterra. En el curso de una escaramuza, derribó de su caballo al mismísimo Ricardo Corazón de León, al que no mataría; como advertencia, para que no se volviera a levantar en armas contra su padre, el rey Enrique II de Inglaterra, mató a su caballo. Este gran caballero sería conocido como Guillermo el Mariscal.


Fuentes:
-Wikipedia.
-Agincourt, de Matthew Bennett.