Buceando en la leyenda

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viernes, 20 de junio de 2014

El ocaso de los conquistadores españoles.

Para continuar con una entrada anterior sobre Cortés y Pizarro, he decidido completar la lista negra de célebres descubridores-conquistadores españoles malditos, mal pagados y peor reconocidos por el país al que representaban, y que además tuvieron mal final o sufrieron angustiosas vicisitudes en vida, con los nombres, tan significativos, de Ponce de León, Cristóbal Colón (algunos pensarán con razón que no era español), y Nuñez de Balboa. Muy famosas son sus hazañas, aunque, no tanto, fueron las calamidades que tuvieron que sufrir en su odisea emprendida para la colonización del Nuevo Mundo.

Juan Ponce de León y Figueroa nació en Valladolid hacia el año 1460. Participó en la Guerra de Granada, que acabó con la derrota del último reino musulmán de la Península Ibérica. Posteriormente estuvo en la conquista de América, siendo uno de los pioneros en tan magna empresa. Entre otras cosas, descubrió y conquistó la isla de Puerto Rico, y, además, fue el primer europeo en llegar a la península de Florida, a la que puso nombre. Tampoco hay que olvidar que fue el que descubrió la, no menos importante, Corriente del Golfo, que hacía que los viajes entre Europa y América fueran más rápidos.

En una segunda expedición a dicha península, con el objetivo de conquistarla, en 1521, encontraría la muerte. Una flecha lanzada contra él, le asestó una herida mortal de manera inesperada, antes de acabar su cometido. En barco fue trasladado a La Habana donde falleció al poco tiempo. Sus restos fueron enterrados en Puerto Rico.


La muerte de Ponce de León.


Vasco Núñez de Balboa era uno de los numerosos extremeños que participaría en la aventura americana, aunque sus comienzos fueron algo más curiosos: se embarcó como polizón, escondido en el interior de un barril, en una expedición al mando de Martín Fernández de Enciso. Al ser sorprendido en tan embarazosa situación, la pena a la que podía haber sido sometido era muy severa, ya que las leyes imperantes hacían que podía haber sido abandonado en una isla desierta. El caso es que hacían falta voluntarios para continuar con las labores de conquista, y Balboa fue, de esta manera, reclutado en la expedición española.

La importancia de este conquistador español radica en que fue el primer hombre no americano que llegaría a ver el Océano Pacífico desde la vertiente americana. El 1 de septiembre de 1513 partió desde Santa María con 190 hombres, y atravesó el istmo de Panamá. Tras numerosas vicisitudes, que incluyeron combates y alianzas con distintos caciques, remontar ríos, construir barcos..., llegaron a la cordillera del río Chucunaque, desde cuya cima se podía ver un mar desconocido. Los hombres de Balboa erigieron pirámides de piedra e hicieron grabados en los árboles de la zona. Después, llegaron al Mar del Sur, que es como los españoles habían bautizado al que es conocido hoy en día como el Océano Pacífico.

En julio de 1514 Balboa recibió al nuevo gobernador de la provincia de Castilla de Oro, Pedro Arias de Ávila (que es mejor conocido como Pedrarias). Fue entonces cuando la vida del descubridor extremeño se complicaría. Tras graves tira y afloja, el conflicto entre ambos hombres pareciera que andaba en vías de solucionarse, cuando Pedrarias se convirtió en el suegro de Balboa, tras casarlo con su hija, que estaba en España, y que nunca llegó a conocer a su marido, por poderes.

Entonces, unos pocos años después, Balboa obtuvo licencia del gobernador para continuar la exploración de los territorios que se extendían hacia el sur. Y, cuando estaba realizando dicho cometido, fue apresado por orden del gobernador con los cargos de traidor e intento de usurpación. El juicio llevado a cabo fue una pantomima y el veredicto fue bastante severo: Núñez de Balboa, junto a cuatro de sus capitanes, fue condenado a muerte. A los cinco les cortaron la cabeza, que fueron clavadas en una pica a la vista de todo el que quisiera mirar. Que mal pago fue a tan gran conquistador y explorador.


Ejecución de Núñez de Balboa.


Por último hablaré de Cristóbal Colón que, a diferencia de los demás, si ha sido premiado por la fama y la gloria en España y el resto del mundo. Fue durante su tercer viaje a América cuando Colón recaló en la isla de La Española (la actual Santo Domingo). Lo que se encontró fue una revuelta en toda regla. Los problemas se habían originado cuando fueron descubiertas una serie de minas de oro en el sur de la isla, que provocaron la codicia de todos los colonos españoles. Como el monopolio lo ostentaban los hermanos de Colón, Bartolomé y Diego, el resto de los hispanos reivindicaban su parte del pastel, encontrándose, entre ellos, el alcalde y justicia mayor de La Española, Francisco Roldán.

Colón, que había arribado a la isla en 1498, no supo solventar la situación. De una manera tímida quiso llegar a un acuerdo con los insurrectos, y les otorgó bienes y privilegios, pero la su actitud no resolvió el litigio, mientras que en la Corte española se enteraban con preocupación de los avatares coloniales, mientras que pensaban que lo que hacía falta era "mano dura" para liquidar el asunto de manera contundente.

Finalmente, Cristóbal Colón pidió ayuda a España. Los reyes decidieron enviar al Comendador de Calatrava, Francisco de Bobadilla, un hombre duro y capaz, con atribuciones para ejercer la "Gobernación e Oficio de Juzgados de esas dichas islas y tierra firme", que llegó a La Española en agosto de 1500. Bobadilla tenía tanto poder que envió a Colón y a su hermano Diego a España cargados de grilletes, con los cargos de corrupción y presunta traición a la corona.


Cristóbal Colón siendo encadenado.


Colón estuvo prisionero hasta que en diciembre de 1500 pudo entrevistarse con los Reyes Católicos que tanto le debían al almirante descubridor de América, y que tanto cariño le tenían. Pero, aunque lo liberaron y le concedieron permiso para organizar un cuarto viaje, los monarcas sabían que las cosas habían cambiado, ya que la prioridad no era descubrir una ruta hacia Asia, como Colón siempre había soñado, sino que el objetivo era mucho más ambicioso: había que conquistar un continente, un Nuevo Mundo, y que había que dar paso a nuevos hombres para cumplir dicho cometido.



Bibliografía consultada:
-La aventura de los Conquistadores, de Juan Antonio Cebrián.
-Historia Moderna Universal, de Alfredo Floristán.
-Wikipedia.










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