Buceando en la leyenda

Buceando en la leyenda

viernes, 22 de agosto de 2014

La animalada de la carga de Balaclava.

La famosa carga de la Brigada Ligera en Balaclava (25 de octubre de 1854), digna de protagonizar películas y de inspirar algún célebre poema, tuvo lugar en el marco de la Guerra de Crimea (1854-1856). Sin detenerme demasiado en los movimientos tácticos de la batalla, sin duda muy interesantes, se puede decir que el ataque británico a una batería rusa de artillería, situada  en el fondo de un valle fuertemente defendido, y que contaba además con más cañones en los laterales del mismo, se produjo por una serie concatenada de errores que llevaron a la realización de la "gloriosa carga de caballería". En su sano juicio, ningún general hubiera mandado atacar dicha posición con tan sólo una unidad de 678 jinetes. De hecho, un militar ruso, tras contemplar atónito dicho ataque, le preguntó a un prisionero inglés sobre el tipo de bebida alcohólica de la que habían abusado para realizar tal acción.

Una vez realizada la misión, y tras dejar perplejos a propios y extraños, los restos de la brigada retrocedieron a las líneas amigas. Tan sólo regresaron 195 hombres. En cambio, de los pobres caballos, que nada entendían de la locura que poseían a los jinetes que los montaban, se perdieron unos 500 en total, bien muertos en el fragor de la batalla, o bien sacrificados por sufrir heridas irreversibles.


La carga de la Brigada Ligera en Balaclava.
 

Además de la participación de hombres y caballos, la carga de la Brigada Ligera contó con la activa colaboración de otro animal, que era la mascota del 8º de Húsares, que nunca dejaba de seguir a sus dueños, ni siquiera en los momentos de máximo peligro; su lealtad y su amistad era así de espléndida. Se trataba de un terrier de pelo duro llamado Jemmy.

Como en tantas ocasiones, como en las batallas del río Alma o en Inkerman, Jemmy participaría en el ataque, aunque su actuación sea un tanto desconocida. Su lealtad sería puesta a prueba y, una vez más, no defraudó y estuvo hasta el final... De hecho fue herido, ya que en su cuello se incrustaron trozos de metralla procedentes de algún cañón o rifle.

Felizmente, Jemmy se repuso y regresó a Inglaterra tras finalizar el conflicto. Su inmensa y desinteresada lealtad no pasaría desapercibida. El coronel de Salis le puso un collar con cinco broches: uno por su participación en la batalla de Alma, otro por la de Balaclava, uno más por la de Inkerman, otro por la de Sebastopol y uno más por estar en la India central. Hoy en día, el collar se encuentra colgado en un comedor de oficiales de algún cuartel militar del Reino Unido.


Fotografía antigua de la Guerra de Crimea y una, más actual, de la tortuga Timothy, la última superviviente del conflicto con diferencia.


Mientras se producía la carga de la Brigada Ligera, en la seguridad de un barco de la Royal Navy, el HMS Queen, esperaba de manera tranquila y paciente otro animal famoso de los que participarían en la Guerra de Crimea. Era la tortuga Timothy, la mascota de dicho navío. Aunque parezca increíble, dicha criatura murió hace poco, en el año 2004, a la edad de 160 o 165 años, no se sabe bien su edad. Tras pasar 40 años en la Armada británica, se "jubiló" en 1892, pasando a vivir en un lugar más confortable, en el castillo de Powderham, de unos condes parientes del capitán Everard, el comandante del navío donde había "prestado sus servicios" la tortuga Timothy. Como anécdota final comentaré que nunca le cambiaron el nombre al animal, aunque luego se supiera que, en realidad, era hembra.


Fuentes consultadas:

-Cueste lo que cueste, de Bryan Perrett.
-El blog 1/4 de ambiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario