Buceando en la leyenda

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sábado, 23 de enero de 2016

Los Barbarrojas de la historia.

El primer Barbarroja importante de la historia fue el emperador del sacro imperio romano germánico Federico I (1152-1190). El sobrenombre fue debido a que poseía una gran barba pelirroja. Es considerado uno de los monarcas más poderosos de la Edad Media. Sus campañas para someter a las revueltas producidas en las ciudades del norte de Italia empeñaron gran parte de sus energías. Cuando encabezaba las fuerzas cristianas en dirección a Tierra Santa murió mientras se bañaba en un río de la actual Turquía. Se creó un mito en torno a su figura, y se decía de él que en realidad no estaba muerto, sino que dormía en una cueva, y los alemanes esperaban que algún día volviera para seguir reinando.


Federico I.


La llamada operación Barbarroja, llevada a cabo por los ejércitos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, fue así llamada en honor al gran emperador germánico. Es una de las campañas militares más ambiciosas y gigantescas de la historia, y tenía como finalidad el conquistar uno de los imperios más colosales que ha habido nunca sobre la faz de la tierra, la Unión Soviética; es decir, el antiguo imperio ruso. Para llevar a cabo tan magna empresa, Hitler reunió más de tres millones de soldados, más de 3.500 carros de combate, 600.000 caballos, 600.000 vehículos de todo tipo, más de 7.000 piezas de artillería y casi 2.000 aviones de combate; una fuerza realmente impresionante.

Cuando se habla del pirata Barbarroja, no es que se trate de un pirata más de los que hicieron fortuna ejerciendo su actividad en las aguas del Caribe u otro lugar de América. Además, aunque no sea muy conocido, en realidad no se trata de un solo pirata sino de dos, que eran hermanos, eso si no contamos otros dos varones, piratas igualmente, que tuvieron menos éxito y resonancia.

Aruj Barbarroja nació en Lesbos, como sus otros hermanos, y fue hijo de una mujer andalusí (musulmana de la Península Ibérica), motivo que puede explicar el hecho de que se dedicara a llevar de manera clandestina a los musulmanes mudéjares desde España al norte de África. Se alió con el sultán turco, y ejerció la piratería en el Mediterráneo contrarrestando las acciones de la Orden de Malta y el resto de las naciones cristianas. Acabó sus días luchando contra los españoles en Tremecén (1518), siendo muerto por el capitán español García de Timeo que llevó la cabeza del pirata como trofeo a Orán donde fue exhibida a modo de trofeo.


Aruj Barbarroja.


Hayradyn (1475-1546) fue un corsario más importante que el anterior. Llamado Barbarroja también (lo llamaron los italianos así por tener un barba pelirroja), y cuyo nombre real era Hizir Bin Yakup, se hizo vasallo del sultán otomano, y se llegó a convertir en una auténtica pesadilla para las naciones cristianas, como España. Fue tal el prestigio que llegó a alcanzar, que le nombraron almirante de la flota turca. Atacó muchas veces ciudades del levante español, como Cullera, llevándose a parte de la población como esclavos. Al igual que hiciera su hermano, Hayradyn trasladó en barco a millares de musulmanes desde España al norte de África.

La lista de ataques a ciudades e islas del Mediterráneo es inmensa, y tras vencer a la flota de la Liga Santa (España, Venecia y el Papa) en la batalla de Prevenza (1538), se aseguró el dominio turco en el mar hasta la batalla de Lepanto de 1571. Ante la imposibilidad de vencerlo, Carlos I de España quiso nombrarle almirante de la flota, siguiendo la máxima que dice que si no puedes con tu enemigo únete a él. Hayradyn declinó la oferta, y siguió siendo leal al sultán, que le colmó de bienes y de títulos.


Hayradyn Barbarroja.


Se construyó un palacio en el Bósforo y pasó sus últimos días allí en la tranquilidad que le ofrecía su hogar, lejos de los escenarios que le habían convertido en una auténtica leyenda, superando la estela de su hermano.

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