En el año 1998 se realizó una excavación cerca de las ruinas de un castillo medieval situado en un lugar llamado Tintagel, en la península de Cornualles, en el sur de Inglaterra. Según el escritor Godofredo de Monmouth, que fue el responsable de que el mito se expandiera de forma exponencial, el rey Arturo nació allí. Los arqueólogos encontraron restos de unas edificaciones de los siglos V y VI, exactamente en la época que supuestamente vivió el afamado monarca britano. Había restos de un palacio, un monasterio y de un puerto, que indicaban que era un centro comercial importante de la llamada "Edad Oscura" (era así conocida por no haber muchas fuentes históricas). Y además encontraron una piedra con una inscripción en latín del siglo V o VI. Entre aquellas palabras apareció un nombre "Artognou", muy parecido al del mítico héroe. Aunque no constituye una prueba suficiente para poder determinar la posible existencia de Arturo, al menos abre una puerta a la esperanza de que un futuro ocurra un hallazgo fortuito de estas características que si pueda desvelar el misterio.
La piedra de Arturo.
En un lugar alejado de Tintagel, en el norte de Italia para ser mas concreto, en Chiusdino, existe una reliquia histórica que recuerda el mito del rey Arturo. En una gran piedra hay una espada clavada. El arma perteneció a San Galgano (1148-1181), un caballero medieval que sufrió una metamorfosis interna para convertirse en un hombre santo. El acto de clavar la espada fue un acto simbólico de que dejaba atrás las armas y las matanzas, y de que adoptaba la "cruz", es decir, la forma que adquiere el pomo de una espada (en forma de crucero) cuando se contempla hacia arriba.
Es fácil asociar la historia de un joven arrancando una espada en la roca para convertirse en rey de Inglaterra, con el mito de la espada llamada Excalibur, la que permitió al rey Arturo ganar tantos combates. Pero la realidad es que la espada de San Galgano es anterior al relato inglés; Robert de Boron (a caballo entre los siglos XII y XIII), en su obra Merlín, fue el primer escritor que hablaba de que Arturo sacó la espada de una roca, como prueba de su legitimidad como descendiente de Uther Pendragón. Anteriormente, Godofredo de Monmouth describía que el arma estaba clavada en un yunque, antes de ser extraída por el afamado héroe. Es muy posible de que la historia de San Galgano influyera de algún modo en el ciclo artúrico para enriquecerlo y transformarlo, llegando de esa forma hasta nuestros días.
La espada de San Galgano.
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