Buceando en la leyenda

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miércoles, 26 de abril de 2017

¿Existió Sherlock Holmes?

Hay una dirección en Londres en la que llegan cartas casi a diario. La gente que las escribe pide ayuda a cierto detective que tiene fama de ser el mejor de Gran Bretaña. La dirección es el 221 B de Baker Street, y la persona que se supone que vive allí es un tal Sherlock Holmes. ¿Vive el famoso investigador inglés todavía allí? ¿Ha existido realmente alguna vez?

Como hay que empezar por algún sitio, vamos a hacerlo aclarando que el escritor escocés sir Arthur Conan Doyle creó y puso nombre a la figura literaria de Sherlock Holmes, por lo que no ha existido nunca de manera física. Es cierto que se inspiró en personajes reales y en hechos ciertos, como cualquier escritor, pero su genio y talento dio forma al inolvidable investigador, así como a su inseparable amigo, el doctor Watson, o el malvado Moriarty, y a la serie de historias detectivescas (recopiladas en 60 libros y relatos cortos) que hicieron, hacen y harán las delicias de miles de lectores en todo el mundo.


Estatua dedicada a Sherlock Holmes en Edimburgo (Wikipedia)





·¿Quién es Sherlock Holmes? ¿Cómo es? Es un gran detective privado entregado totalmente a su profesión a la que ama con gran devoción. Es tal su entrega, que cuando no se encuentra enfrascado en la resolución de ningún enigma recurre a la ingesta de cocaína (disuelta al 7 %). Es un gran observador y no se le escapa ningún detalle, ni al investigar el escenario de un crimen ni al escuchar el testimonio de algún testigo. Ve lo que nadie ve, y deduce de manera acertada los indicios que le llevan a resolver los casos que se le presentan. Toca el violín y es un gran boxeador. Además de ser analítico es un hombre de acción, y recurre a la técnica de disfrazarse para mimetizarse con el ambiente y pasar desapercibido. Además, cuenta con una extensa red de informantes. Colabora con la policía de Scotland Yard para atrapar a los distintos criminales que cometen sus fechorías en el Reino Unido. Hace experimentos de Química, pero en lo que destaca es en la profundidad de los conocimientos en la historia criminal anterior a su propia existencia.

·Antes de Sherlock Holmes. El protagonista de Conan Doyle es fruto de unas influencias literarias muy concretas. Es hijo de Edgar Allan Poe, en particular del Auguste Dupin de Los crímenes de la calle Morgue. También leyó a Wilkie Collins, fijándose sobre todo en su sargento Cuff (modelado a su vez a partir de Jack Whicher, un detective de Scotland Yard que investigó uno de los casos más truculentos de la época), y a Robert Louis Stevenson (buen amigo de Doyle), de quién admiró sus New Arabian Nights, que le sirvió de patrón para los relatos de Holmes así como para la caracterización de algunos rasgos de Watson. Otros escritores, contemporáneos a él,  que fueron su fuente de inspiración fueron el francés Émile Gaboriau y Dickens.

·¿Hubo algún Sherlock real? Conan Doyle siempre reconoció que se había inspirado en el cirujano llamado Joseph Bell, precursor de la medicina forense, al que había conocido en un hospital de Edimburgo (trabajó para él), y que sacaba conclusiones de hasta los más minimos detalles. Entre los muchos delincuentes que persiguió se encuentra el afamado Jack el Destripador. Además, hubo otras personas reales de las que tomó prestados ciertos caracteres para trasladarlos a sus novelas, como sir Henry Littlejohn, el que fuera una antiguo destacado cirujano-policía.

Hace pocos años se publicó la teoría de una historiadora británica, Angela Buckley, que habla de policía que pudo ser el auténtico Sherlock Holmes. El sujeto en cuestión es Jerome Caminada (1844-1914). Era llamado el Garibaldi de los detectives, por su ascendencia italiana. Ya era considerado una  auténtica figura nacional cuando apareció la primera novela de Sherlock Holmes, Estudio en escarlata (1887). Profundamente dedicado a su profesión, con 30 años era respetado por ser un magnífico detective. En el tiempo que estuvo persiguiendo a los distintos criminales del país, detuvo a unos 1225 y echó el candado a 400 establecimientos ilegales de bebidas alcohólicas. Se dice que tenía tendencia a merodear las peores calles de Manchester (su ciudad) completamente solo en medio de la noche, interviniendo a la menor ocasión que se le presentara.

¿Además de ser un adicto al trabajo, como la criatura de Doyle, Jerome Caminada, tenía más parecidos con Sherlock? Pues sí. Se disfrazaba para perseguir los delitos de tal forma que la gente que le conocía le pudiera reconocer: su mismo superior no le pudo identificar en cierta ocasión. Se ponía en la piel de obreros, de borrachos...



Jerome Caminada. ¿Pudo ser el auténtico Sherlock Holmes? (Wikipedia)




Al igual que Holmes, contaba con una amplia red de informadores, con los que se reunía en un lugar en concreto, la iglesia de Santa María (la verdad es que cualquier detective que se precie ha de contar con buenos soplones que le pongan al día de los movimientos delictivos que se producen en las calles: hay un dicho que dice que un detective es tan bueno como los informadores que tenga).

Cuando Jerome Caminada se retiró del servicio activo, en 1899, se buscó la vida siendo detective privado (al igual que Sherlock). También fue concejal, y escribió un libro de sus memorias.

El trabajo de la historiadora, Angela Buckley, no se queda en la figura del investigador, ya que da los nombres de los que fueron los mayores rivales del detective de ficción. Así, el archienemigo profesor Moriarty era la encarnación de Bob Horridge, al que estuvo persiguiendo durante 20 años hasta que pudo encerrarlo entre rejas (realmente, Moriarty no es el villano pertinaz que aparece en la mayoría de los relatos de Sherlock Holmes, ya que solo es protagonista de uno de ellos, El problema final). En un principio Caminada consiguió encerrar a Horridge por el robo de un reloj durante 7 años, una condena muy dura, por lo que pergeñó su propia venganza estando en prisión, y después se escapó de la misma. Tras disparar a unos policías, Caminada le persiguió sin descanso por Liverpool, incluso disfrazado, hasta que le pudo dar caza, y lograr que le sentenciaran de una manera más contundente.

Otra malvada que aparece en la serie, y que impresionó a Sherlock, fue Irene Adler. Según Buckley, se trataba de Alicia Ormonde, que fue una destacada falsificadora, de aristocráticos orígenes y gustos caros. Según parece Caminada quedó cautivado por los encantos de la delincuente en cuestión.










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