Buceando en la leyenda

Buceando en la leyenda

jueves, 13 de junio de 2013

LAWRENCE DE ARABIA. EL MITO Y SUS SOMBRAS.

          Thomas Edward Lawrence (Gales, 1888-1935), más conocido como Lawrence de Arabia, es uno de los grandes mitos del siglo XX. Su fama y su leyenda se derivan en gran parte de las hazañas que protagonizó en Arabia durante la I Guerra Mundial, cuando dio su apoyo a la Revuelta Árabe contra los turcos. Este episodio quedó descrito en un libro al que tituló Los siete pilares de la sabiduría. Después de la guerra, su fama se acrecentó al aparecer junto a Faisal en la firma del tratado de Versalles de 1919. Murió cuando chocó con su motocicleta en las cercanías de Clouds Hill (Inglaterra). Tenía cuarenta y seis años. Cuando la película, protagonizada por Peter O'Toole, sobre su vida se estrenó en 1962, Lawrence ya era una auténtica leyenda.


 
 

LA HISTORIA Y LA LEYENDA. T. E. Lawrence era hijo ilegítimo de Thomas Robert Tighe Chapman, un pequeño terrateniente irlandés que abandonó a su mujer y a sus cuatro hijas para marcharse con la madre de Lawrence, Sarah Junner, institutriz de las niñas. La nueva pareja tuvo cinco hijos, siendo Lawrence el segundo de cinco hermanos. Se graduó como historiador e influido por su profesor, un arqueólogo especialista en Oriente Medio, viajó hasta Siria, en junio de 1909 para trabajar en los yacimientos hititas de Karkemish. Fue allí, recorriendo un total de 1400 km a pie durante cuatro años, donde comenzó a conocer la zona, la lengua y las costumbres de sus gentes. Su principal afición en esos tiempos consistía en dibujar las edificaciones militares de origen cruzado.

            Este conocimiento de la región llamó la atención del servicio secreto, para el que Lawrence empezó a trabajar en enero de 1914. Participó en una expedición arqueológica a la península del Sinaí, que en realidad estaba destinada a obtener información sobre el ejército turco presente en la región.


 

            Al estallar la Primera Guerra Mundial (julio de 1914), Lawrence fue destinado a El Cairo, a la oficina de Inteligencia. Su trabajo consistía en cartografiar mapas y en entrevistar a potenciales agentes de inteligencia. En abril de 1916 fue enviado a Kut al-Imara (Irak), donde los turcos asediaban al ejército inglés del general Townshend, en misión secreta: sobornar al comandante de las fuerzas turcas, Khalil Pasha, con un millón de libras para que levantara el sitio y, de paso, sondear la disposición de las tribus árabes para rebelarse contra los turcos. Fracasó en ambas misiones y regresó a la oficina de El Cairo.
            
            El 5 de junio de 1916, Husayn ibn Ali, jerife de La Meca, inició la Revuelta Árabe contra los turcos otomanos, dueños de gran parte de la península arábiga. Lawrence fue enviado, como gran conocedor de la zona y del idioma, a reunirse con él. Y así en octubre de ese mismo año se reunió con los cuatro hijos de Husayn: Ali, Faisal, Abd Allah y Zayd, y concluye que es Faisal el más adecuado para dirigir la revuelta: «...es el hombre que vine a buscar en Arabia, el líder que dará gloria a la rebelión árabe...», dijo al conocerle; de ahí nacería la amistad entre Lawrence y el príncipe hachemí.    

            Acompañado por Lawrence, Faisal comenzó la ofensiva contra las tropas otomanas. Con la asesoría de Lawrence, desarrolló una estrategia que era adecuada para el terreno, la capacidad y el número de hombres de que disponía: los rebeldes libraron una guerra de guerrillas que aterrorizó a sus enemigos y fue ganándose el reconocimiento de otras tribus, que se le fueron uniendo. Esquivando siempre las fortalezas turcas, realizaron diversos ataques (marzo–abril) contra el ferrocarril del Hiyaz.




          En enero de 1917 habían tomado el puerto Wejh, pero la toma de Aqaba fue el golpe maestro que encumbró la leyenda de Lawrence. El puerto de Aqaba albergaba unas defensas costeras muy fuertes que impedían su toma mediante un desembarco, por lo que Lawrence partió de Wejh el 9 de mayo con apenas cuarenta árabes a camello y dinero para reclutar mercenarios, y recorrió casi 1000 Km del peor terreno de Arabia incluyendo una parte del desierto conocido como "el Terror". Esto fue una expedición de épicas proporciones, y en una ocasión, Lawrence regresó sólo para buscar a uno de sus sirvientes que se había caído del camello. Tras dos meses de travesía, y tras destruir a una unidad turca en batalla campal, el puerto de Aqaba cayó en manos de los árabes.

          A finales de 1917, Lawrence realizó dos incursiones de reconocimiento tras las líneas enemigas para enardecer a los árabes sirios, y en una de ellas, disfrazado de árabe, se había acercado a inspeccionar la población de Deraa. En el curso de su misión fue sorprendido por los soldados turcos, fue detenido y esa misma noche llevado ante la presencia de un mandatario turco, que pudo ser el comandante de la guarnición Bimbashi Ismail Bey o el jefe de milicias Ali Riza Bey. El resultado final fue que los soldados lo torturaron y, al parecer, fue violado. Lawrence consigió escapar y pudo continuar la lucha.
         
          En 1918 Lawrence estaba al mando de tropas árabes que vencieron a una unidad regular de soldados turcos en la batalla de Tafila, y cuando se produjo la ofensiva del general Allemby sobre Damasco, las tropas de Lawrence y Faisal que marchaban también hacia la ciudad siria, acabaron con una columna turca que acababa de arrasar la villa de Tafas, quedando muy pocos supervivientes turcos vivos tras la acción.

LAS SOMBRAS DE LA LEYENDA. La fama de Lawrence fue ganada a pulso por el mismo, por la devoción y el amor que profesó por la causa árabe a la que sirvió, y su imagen ensombrece la figura de muchos oficiales británicos y franceses que lucharon al lado de los árabes en las cálidas arenas del desierto de Arabia. Hombres de enorme valía como el teniente Garland que inventó una mina de contacto, bautizada como 'Garland mine', con la que destruía a las locomotoras de los trenes del ferrocarril de Hejaz, que llevaba tropas y suministros a la poderosa guarnición de Medina que aguantó el cerco de los aliados hasta el final de la guerra. Además, podemos mencionar a otros destacados oficiales como el coronel Newcombe, el teniente Hornby o el capitán francés Pisani, que al mando de una batería de artillería móvil tantas veces apoyó a Lawrence en sus campañas. El historiador británico David Murphy escribió que aunque Lawrence fue uno de los muchos oficiales aliados que sirvieron en Arabia, los historiadores escriben como si Lawrence sólo fuera quién representara la causa de los Aliados en Arabia.
        
           Por otro lado, David Hogarth le concede a la escritora, arqueóloga y espía Gertrude Bell gran parte del éxito de la revuelta Árabe, ya que recopiló un gran volumen de información que fue crucial para el éxito de Lawrence en Aqaba.

           La toma de Wejh se planeó con un ataque simultáneo de las tropas árabes de Faisal y Lawrence en cooperación con la Royal Navy, que atacaría desde el mar. El 23 de enero de 1917, 600 voluntarios árabes desembarcaron cerca de Wejh apoyados por el cañoneo de una flotilla inglesa. Tras la resistencia ofrecida por la guarnición otomana, la ciudad fue tomada y los defensores huyeron. Cuando Faisal y Lawrence llegaron, dos días después, ya no había turcos en la zona.

          Sobre el incidente relacionado a su detención y violación en las dependencias de una guarnición turca, algunos eruditos han encontrado inconsistencias en el relato de Lawrence, que es el único que menciona tales hechos, y hoy en día se considera poco creíble.

          Durante la ofensiva final hacia Damasco, las tropas de Lawrence y Faisal alcanzaron a una columna de 2000 soldados turcos que procedían de Mezerib, y que habían cometido incontables atrocidades contra los habitantes de Tafas. Lo que sucedió después todavía hoy es muy debatido por los historiadores, pero lo que está claro es quedaron muy pocos supervivientes turcos, alemanes y austríacos que conformaban aquella columna, para contarlo. Lawrence escribió más tarde que emitió la orden de no hacer prisioneros antes de comenzar el ataque y que los que intentaron rendirse fueron ejecutados. Después de la guerra, Lawrence escribió a su hermano que ordenó ametrallar a 250 soldados rendidos. Hoy está poco claro si ello realmente sucedió, o si fue así, que él diera tal orden.


         


1 comentario:

  1. gracias estupendo blog,muy interesante un saludo muy grande desde La ciudad de Tijuana Mexico.

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