Buceando en la leyenda

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jueves, 6 de febrero de 2014

Ariel Sharon. ¿Héroe o villano?

Ariel Sharon, que en realidad se llamaba Ariel Scheinerman, nació el 26 de febrero de 1928 en la época en la que Palestina estaba bajo el dominio británico. A la tierna edad de los 14 años se enroló en el Hagana, organización paramilitar judía. Es decir, que en su adolescencia ya se había convertido en un soldado, en un guerrero, un oficio que le acompañaría la mayor parte de su vida. Además, fue un político que alcanzó el cargo de primer ministro de Israel. Controvertido, polémico, audaz, temerario, valiente, implacable..., héroe para los judíos, villano para el pueblo árabe..., desde luego, que su vida y obra no ha dejado indiferente a nadie.

·Ariel Sharon como héroe. Cuando Israel se declaró como estado independiente, la primera guerra árabe-israelí era un hecho. Los países árabes no quisieron permitir que ese hecho se consumara (Israel como nación), y lanzaron sus ejércitos (egipcio, sirio, jordano...) al ataque, en apoyo a los palestinos. La guerra fue dura y cruel, y los judíos se jugaban mucho en ella, ya que la supervivencia como país estaba al borde de un precipicio. Hasta las mujeres tuvieron que luchar, ya que no había suficientes hombres para defenderse de los ataques de los ejércitos regulares de hasta seis naciones árabes. En este conflicto, el teniente Sharon era jefe de un pelotón de infantería. En la batalla de Latrum (1948), los judíos fracasaron en intentar capturar la posición, vital para intentar adueñarse de Jerusalén. El ataque en el que Ariel Sharon participó éste fue herido de gravedad, y casi muere en el fracasado asalto.






Cuando acabó la guerra, se creó una unidad especial (Unidad 101), en la que labor de Sharon fue determinante. Además, la dirigió. Su misión era llevar a cabo acciones de represalia en territorio enemigo. Los soldados que componían la fuerza se caracterizaba por su continuo y entusiasta entrenamiento, por su gran profesionalidad, su libertad a la hora de llevar su indumentaria y su armamento, y su gran eficacia.

En 1956 estalló la segunda guerra árabe-israelí, mejor conocida como la campaña del Sinaí. La misión de Sharon era la de enlazar con su columna motorizada, con una fuerza que había sido lanzada en paracaídas en las inmediaciones del paso de Mitla. Tras recorrer 200 km en territorio hostil, venciendo por el camino a diversas guarniciones egipcias, en tan solo 32 horas, las tropas de Ariel Sharon pudieron enlazar con éxito con los paracaidistas de Eitan. Después, conquistó las posiciones egipcias cercanas al paso de Mitla.

Pero fue en la guerra de los seis días (junio de 1967) donde el general Sharon, al mando de una división acorazada o ugda, destacó por la buena dirección de sus tropas, en un conflicto en el que hubo tantos militares judíos que lucharon tan bien. En concreto, fue en la batalla de Umm Qatef, una posición egipcia en plena península del Sinaí, fuertemente fortificada y reforzada con carros de combate y abundante artillería, donde Sharon brilló con sus dotes tácticas; dirigió un ataque múltiple y muy bien coordinado, consistente de descargas de cañón, asaltos de infantería, carros y paracaidistas con helicópteros, desde diversas direcciones. El éxito fue rotundo. Tras limpiar la posición de bolsas de resistencia, Sharon participó en exitosas operaciones en otros lugares del Sinaí.






Tras el gran triunfo israelí en la guerra del 67, tuvo lugar la guerra del Yom Kippur (1973) que hizo, en un principio, pasar grandes apuros a la joven nación judía. Las tropas egipcias del presidente Sadat cruzaron el canal de Suez arrollando los puntos fortificados instalados por Israel. Los contraataques, con medios aéreos y blindados, se estrellaron contra las fuertemente armadas tropas árabes. Después de varios días de insistencia por parte de Sharon para llevar a cabo una fuerte contraofensiva, aprovechando los puntos débiles egipcios en la zona de intersección entre sus dos ejércitos, pudo el general Ariel Sharon emprender su tan ansiado ataque que le llevó a cruzar el Canal pudiendo, con posterioridad, envolver casi por completo una gran masa de tropas egipcias. Su fama se elevó de manera espectacular entre sus compatriotas, y su prestigio en el exterior creció de manera increíble, eclipsando al resto de generales israelíes.

En el año 2001 ganó las elecciones legislativas de su país, pudiendo acceder a la presidencia. Ordenó la retirada de la franja de Gaza en el 2005, un año antes de caer en coma profundo, del que nunca salió. Ha muerto en el año 2014.

·Ariel Sharon como villano. En el año 1953, Sharon dirigió el fatídico ataque a Qibya que acabó en una masacre de 69 personas, muchas de ellas mujeres y niños. Se trató de un ataque de represalia, después de que unos fedayines palestinos atacaran, desde territorio jordano, una localidad israelí que acabó con la vida de una mujer judía y sus dos hijos. Cuando llegaron las tropas de Sharon a Qibya, empezaron a tirotear a los soldados que custodiaban la localidad. Al ver a gente abandonar el lugar, Sharon pensó que toda la población local había huido. Ante esa fatal creencia, mandó dinamitar las casas pensando que estaban desocupadas. El fatal desenlace puso colofón a la fatal incursión.

En la campaña del Sinaí, Sharon tenía órdenes precisas de no atacar las posiciones egipcias del paso de Mitla. En cambio, si le dieron permiso para mandar una pequeña fuerza de exploración comprobar si el enemigo había huido del lugar. Los árabes dispararon a los israelíes que avanzaban por el paso, y Sharon envió refuerzos para rescatarlos. El encuentro acabó siendo un combate salvaje en el que hubo cientos de bajas. Muchos pensaron que la batalla la provocó Sharon, achacándole la responsabilidad de que murieran 38 soldados israelíes en algo que se podía haber evitado. Además, algunos sectores acusaron a Sharon de cobardía por no dirigir él personalmente el rescate de los militares que se introdujeron en el paso de Mitla (que fuera un cobarde me cuesta aceptarlo).

En la guerra del Yom Kippur, la reputación de Sharon estuvo en entredicho continuamente. Aunque el resultado victorioso fue lo que quedó para el pueblo judío, en la que brilló la imagen del general Sharon cruzando de forma brillante el canal de Suez para llevar la guerra a suelo egipcio, dándole la vuelta a la situación, la actitud de Ariel hacia sus superiores se podría calificar de insubordinada e irrespetuosa. En otros ejércitos del mundo, sin duda, habría sido destituido (este comentario en concreto lo he extraído de Simon Dustan). Su amistad con el Ministro de Defensa, Moshe Dayan, le salvó de ser retirado del mando de la división acorazada que mandaba.

En el año 1982 se produjo la invasión israelí al Líbano, para intentar acabar con la organización palestina OLP que estaba afincada en aquel país. Ariel Sharon era el Ministro de Defensa por entonces siendo, por lo tanto, el máximo responsable de las fuerzas armadas, sólo por debajo del primer ministro. Por eso mismo, debió de poner todos los medios a su disposición para intentar evitar la que es denominada la "masacre de Sabra y Shatila". Esta es la conclusión a la que llegó la Comisión Kahan que, como castigo, propuso la destitución de Sharon de su cargo político.

 ¿Qué es lo que pasó realmente en los campos de prisioneros de Sabra y Shatila? Cuando el ejército judío avanzaba sobre el sur del Líbano las falanges aliadas cristianas de Elie Hobeika, se tomaron cumplida venganza sobre los palestinos matando a cientos de ellos, entre los que había mujeres y niños. En aquella época, Líbano era un avispero de milicias enfrentadas entre sí, con el odio latente entre las distintas comunidades de distintas religiones y creencias.

Siendo ya primer ministro, Sharon visitó la explanada de las mezquitas en Jerusalén, el lugar más sagrado del mundo. En dicha ocasión declaró que el lugar quedaría del dominio israelí a perpetuidad. Al poco, comenzó la "segunda Intifada", la resistencia palestina al dominio hebreo de los llamados "territorios ocupados". Muchos achacaron a Sharon el hecho, aunque posiblemente era algo inevitable que llevaba gestando anteriormente.

En resumen, no se puede decir que Ariel Sharon haya sido un personaje que haya pasado por el mundo de forma desapercibida. Siendo un gran conductor de hombres durante los conflictos armados en los que ha participado, un jefe que ha despertado devoción entre sus soldados, no ha sido él, precisamente, un subordinado leal y disciplinado hacia sus superiores. Gran táctico, no muy buen estratega. Político con aciertos y errores, todo eso ha significado Sharon, y mucho más.

Bibliografía consultada:
-La guerra del Yom Kippur, de A.J. Baker.
-The Yom Kippur War, de Simon Dunstan.
-Israeli elite units since 1948, de Samuel M. Katz.
-The arab-israelí conflict, de Efraim Karhs.





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