Buceando en la leyenda

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miércoles, 3 de julio de 2013

EL CASTILLO DE BEAUFORT: 1000 AÑOS DE ASEDIOS

          A unos 717 metros sobre el nivel del mar se alzan las ruinas del castillo de Beaufort, en el sur del Líbano. No es que fuera uno de los castillos más grandes construidos por los caballeros cruzados en su momento, pero por diversos avatares, se le puede llamar destino o azar, ha sido el fondo de muchas batallas y el receptor de mucha sangre que ha sido derramada en sus paredes y torreones; muerte producida por flechas y espadas, y también por cañones modernos y balas de fusil.

          Posiblemente, el castillo se construyó sobre unos ruinas romanas. El rey Fulco de Jerusalén lo tomó en 1139 y se lo entregó a los señores de Sidón. Es probable que la construcción como castillo cruzado comenzara poco después. Hubo una gran batalla en un lugar conocido como Hattin (1187), que significó la debacle de los ejércitos cruzados frente a las fuerzas musulmanas lideradas por Saladino. Muy pocos cristianos escaparon a la gran matanza que se produjo allí, quedando muy pocos efectivos para defender los castillos que estaban repartidos por los territorios en manos de los occidentales.  El de Beaufort fue uno de los últimos castillos en resistir a Saladino.

          Reinaldo de Sidón era un caballero que logró escapar de la carnicería que se produjo en Hattin. Estando en Tiro, se enteró que su castillo de Beaufort aún resistía, y hacia allí se dirigió. Y entonces, Saladino comenzó a conquistar el actual Líbano, llegando a Beaufort: en 1189 el líder musulmán comenzó el asedio. Reinaldo consiguió 3 meses de tregua que aprovechó para reforzar las defensas del castillo, mientras que los territorios cristianos seguían menguando en Oriente Medio. Cuando expiró el plazo, se encontró con Saladino otra vez y pidió más tiempo, pero no se lo dio. Reinaldo le ordenó a las tropas que se rindieran pero se negaron, y acabó siendo preso. En 1190 un acuerdo fue alcanzado: la guarnición se rendiría a cambio de la liberación de Reinaldo.

         Poco después, el castillo volvió a ser recuperado por los cruzados en 1240 gracias a  una negociación propiciada por Teobaldo I de Navarra, y fue vendido a los templarios en 1260.

         En el siglo XIII, la escasez de hombres preparados para la guerra en los estados cruzados era creciente. Por ello, la mayoría de las fortificaciones cruzadas de esa época estaban diseñadas para albergar guarniciones reducidas. Cuando llegó la crisis definitiva muchos de los castillos cruzados adolecían de una grave insuficiencia de hombres. Se dice que en Beaufort había 22 caballeros y otros 400 hombres cuando Baibars lo atacó. Aún así pensó que necesitaba 28 poderosas máquinas de asedio para tomarlo. En 1268, Baibars, el jefe de los mamelucos, tomó el castillo, volviendo, así a manos musulmanas una vez más.

          Pasaron los años. En el siglo XVII los turcos otomanos dominaban toda la zona de Oriente Medio. Fakhr-al-Din II gobernaba un emirato autónomo, en la actual Líbano, dependiente del Imperio turco; era un druso que luchó por la independencia del emirato, y uno de sus centros de resistencia fue el castillo de Beaufort. Cuando los turcos se tomaron en serio la amenaza formaron un gran ejército que aplastó sin problemas la rebelión. Fakhr-al-Din, que buscó alianzas entre las naciones occidentales europeas para hacer una especie de cruzada para expulsar a los otomanos, fue juzgado, siendo preso durante dos años en una cárcel de Constantinopla. Fue finalmente ejecutado junto a uno de sus hijos.

          En 1976 la OLP (organización para la liberación de Palestina) se apoderó del castillo, que reforzó y le dotó de cañones que amenazaban el norte de Israel. El castillo medieval resistió docenas de ataques producidas por las modernas fuerzas armadas judías en el espacio de cinco años. ¡No hay que olvidar que el castillo llevaba más de 800 años en pie! Es uno de los pocos casos en que una construcción medieval resulta de utilidad para la guerra moderna.

        En junio de 1982, los israelitas avanzan por el sur del Líbano, su objetivo es expulsar a los palestinos del país. Aunque en un principio tenían intención de tomar el castillo de Beaufort, luego cambiaron de planes...pero las órdenes no llegaron a quién tenían que llegar, al comando de fuerzas especiales de la brigada de infantería Golani. Giora Harnik era el comandante de la unidad hasta hacía solo una semana, pero fue llamado para que mandara a los comandos judíos. La misión era la toma del imponente castillo. La batalla que se libró fue muy dura: los israelíes tomaron trinchera por trinchera; los bombardeos previos no habían logrado ablandar la posición. Los palestinos que no huyeron acabaron muertos, y la cifra de soldados de Israel caídos fue también muy elevada. El mismo Giora Harnik, acabó siendo abatido por una ráfaga en el pecho. Y todo por una batalla que podía haberse evitado.

          El castillo estuvo en manos de los israelíes hasta el año 2000, año en el que se retiraron del sur del Líbano.


Foto de las ruinas del castillo. Es visible la enorme dificultad que tendría un ejército en atacar por esta ladera.


          Antes de irse lo llenaron de explosivos y lo volaron por los aires.

         

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